¿Qué situación económica viven los países islámicos?

Centrándonos en los países de Oriente Medio y el norte de África (región MENA), la principal cuestión es la bajada del precio del petróleo, dado que muchos de estos países son muy dependientes de los ingresos de hidrocarburos y pasarán de un superavit público a una situación de déficit. También la primavera árabe y la guerra de Siria están afectando, por ejemplo, al sector turístico, como es el caso de Egipto o Túnez. Hay que actuar a medio plazo en cuestiones clave como mejorar las oportunidades de empleo de colectivos frágiles y la capacidad de atracción de nuevas inversiones exteriores, o la necesidad de que la creación de riqueza que se produce en el país se disemine por el conjunto de la población local y no se quede tan sólo en un pequeño colectivo de élites nacionales próximas al poder político.

¿Qué papel puede tener Europa en este contexto?

Tenemos dos retos vitales para la región MENA y para el futuro de la propia UE. El primero es continuar apostando por el desarrollo de la zona. En el plano económico se vislumbra un horizonte interesante con nuevos tratados comerciales como el de Túnez, que permite un intercambio de mercancías libre de trabas arancelarias. Sería deseable que estas acciones se fueran extendiendo al conjunto de la región. En segundo lugar es clave que la UE apoye la vuelta a una estabilidad política, con el apoyo a una solución consensuada para el final de la guerra en Siria como primer objetivo acuciante.

¿El conflicto tiene su causa también en clave económica?

Es indudable la dimensión económica de todos los conflictos abiertos en la región MENA, que acumula más del 50% de las reservas de petróleo del mundo. Creo que más allá de su enorme riqueza natural y energética, va siendo hora de dejar que las nuevas generaciones de jóvenes altamente educados y globalizados que viven en estos países comiencen a tomar las riendas de su propio presente y futuro, como ocurrió en nuestro país por ejemplo.

¿Cómo son las relaciones entre España y la región MENA?

Existe una histórica amistad que nos convierte en un interlocutor vital no sólo en términos económicos, si no también sociopolíticos, dada la capacidad de compartir experiencias acerca del proceso de transición español.