El cartagenero Antonio Javier Lorente era sólo un niño cuando descubría el Mediterráneo en la Sierra de la Muela o desde la cima del monte Roldán. Ahora, a sus 38 años, este ingeniero aeronáutico de Aena volvió el pasado mes de una expedición por Groenlandia.

Antes de visitar este inhóspito y gélido territorio ya culminó desafíos como la cumbre del Montblanc o los Pirineos. «Cuando viajas te das cuenta de que lo que tenemos aquí no son montes de verdad», bromea este expedicionario vacacional mientras recuerda que se fue allí para «desconectar del trabajo».

El aventurero hizo en doce días más de 200 kilómetros en kayak por fiordos bajo temperaturas que rozaban los cero grados. «Si caías al agua tenías tres minutos antes de morir por una hipotermia», afirma. Sobrevivía gracias a lo que pescaba y antes de dormir en su tienda al raso Lorente contemplaba auroras boreales con sus propios ojos.

Argentinos, alemanes, canadienses y dos españoles

  • Antonio Javier Lorente cogió su mochila junto a un compañero de trabajo para descubrir los secretos del lado más frío del planeta. La expedición en la que participaron estaba formada por trece personas procedentes de países como Argentina, Canadá o Alemania. Todos ellos con experiencia en el mundo de la montaña y de las aventuras. Aun así, no estaban exentos de peligros. Uno de los momentos críticos ocurrió cuando rescataron a uno de los compañeros extranjeros tras caer de su canoa al agua congelada o cuando se quedaron atrapados rodeados de hielo

El aventurero cartagenero destaca que «el televisivo Jesús Calleja no se atreve a llevar a los famosos a Groenlandia por el hecho de que el hospital más cercano está a más de una hora y media en helicóptero». Por eso admite que el viaje es «bastante arriesgado» y «nada cómodo».