¿Qué son los cuentos folclóricos?

Todas las narraciones transmitidas por vía oral, anónimas en su origen y que se cuentan desde tiempo inmemorial, por ejemplo, uno de los cuentos populares publicados en la colección Camándula de Torre Pacheco, que publicamos Gregorio Rabal y yo en la revista de murciana de Antropología tiene como referencia Las Tesmoforias del escritor ateniense del siglo V antes de Cristo, Aristofanes.

¿Tienen algo de verdad o de leyenda?

Son básicamente imaginario popular que se ha transmitido de forma oral hasta nuestros días e incluyen una serie de categorías de narraciones muy amplia. Hay cuentos protagonizados por animales -que algunos escritores poniéndoles apólogos morales los han convertido en fábulas- los de encantamiento, historias largas con elementos mágicos, como La Varita Mágica, que en la tradición oral es La Varita de Virtudes. Son cuentos con argumentos cargados de imaginación y magia, con dragones de siete cabezas y castillos encantados. Otra categoría son los cuentos religiosos con personajes sagrados como protagonistas, por ejemplo las historias protagonizadas por el Señor y San Pedro cuando iban por el mundo. Además, están los chistes de tradición oral, que no son otra cosa que cuentos breves y humorísticos: cuentos de tontos, de matrimonios mal avenidos, de curas (...) Estos últimos serían cuentos de costumbres.

En Cartagena, ¿existe tradición de cuentos de costumbres?

Hemos encontrado un material riquísimo. Entre 2000 y 2009 hicimos trabajo de campo en muchas diputaciones y el resultado está en una edición digital de los Cuentos de Cartagena. Se puede ver en internet en la revista murciana de Antropología número 17. Es una colección de 771 relatos de todas las categorías de cuento folclórico, que se publicó en 2013 sin ningún apoyo institucional. Aquí no hemos entendido hasta épocas muy recientes que las cosas que nos parecían vulgares son una parte importante de la cultura propia. La tradición se ha mantenido de memoria en memoria porque había una generación que escuchaba a los mayores, pero ese tránsito hoy ya no se ha hecho y corre peligro de extinción. La tradición oral ha perpetuado el conocimiento desde el Neolítico hasta la imprenta y ahora los medios cibernéticos que son los que le dan la puñalada definitiva. Esa tradición permanece arrinconada en las zonas rurales. Esos cuentos de tradición oral que cuentan los vecinos del campo de Cartagena se conocen también en Italia, Francia o Estados Unidos.

¿Detalles de los cuentos?

Están acompañados por 30 láminas que son acuarelas de Antonio Vidal Máiquez.