Apenas unas horas después de conocer la muerte en un hospital madrileño de Gregorio Javier G. M., uno de los seis policías nacionales encarcelados por su implicación en el caso Cala Cortina -que investiga la muerte del vecino del barrio de Las Seiscientas Diego Pérez en la playa cartagenera- familiares, amigos y compañeros del agente se concentraron en torno al monumento erigido en la ciudad cartagenera a los Santos Ángeles Custodios para honrar su memoria. Fue el primero de los numerosos actos en recuerdo de Gregorio Javier que se llevaron a cabo por parte de las familias y los compañeros, así como sendas concentraciones en la puerta de la Comisaría de Cartagena y en el Palacio de Justicia, que finalizaron, de nuevo, en el monumento en honor a la Policía.

Precisamente en la concentración del Palacio de Justicia fue donde se produjeron las escenas más emotivas de la jornada, cuando alrededor de medio millar de personas portaron una pancarta en la que se podía leer «un año en prisión, seis familias destrozadas, una hipótesis condenatoria insostenible, cero pruebas en contra». De hecho, dos portavoces de las familias, Manuel Calle, hermano del compañero de celda de Gregorio Javier; y Ana Belén Solano, afirmaron a los medios estar «destrozados» con lo ocurrido. «Mi hermano fue el que lo atendió cuando estaba enfermo en la celda y el que sabe qué paso de verdad, que en prisión no le prestaron la asistencia sanitaria debida y que todo se podía haber evitado», dijo Calle.

Una frase que coincide con lo expuesto por las defensas de los seis agentes. De hecho, el letrado que dirigía la causa contra el agente fallecido señaló que la muerte de Gregorio Javier había sido «por pena, al verse en prisión sabiendo que era inocente». «Dejó de comer y apenas dormía porque estaba deprimido sabiendo que se estaba cometiendo una injusticia», dijo el abogado Francisco Albarrán. También Mariano Bó y Raúl Pardo-Geijo coincidieron en que la muerte había sido «una desgracia» y recordaron que se pidió la libertad provisional, por enésima vez, hace dos semanas. No obstante, según fuentes consultadas por LA OPINIÓN, la Audiencia ratificó la prisión preventiva la pasada semana y la resolución de la Fiscalía en este sentido no será diferente.

«Siguen siendo seis»

Los familiares de los policías quisieron dejar claro que, aunque Gregorio Javier haya fallecido, «seguiremos demostrando que son inocentes los seis» y explicaron que la familia del agente estaba derrumbada y en estado de shock.

Por otro lado, ayer también hubo vecinos de la calle del Carmen que denunciaron ante el Ayuntamiento el depósito de velas en la escultura de los Santos Ángeles Custodios, ya que existe una investigación judicial sobre los agentes.