­Hoy algunos nos preguntamos por qué te ha llevado Dios con Él. Él da y el quita. Pero yo, que amo a Dios, digo que está contigo, pero no te ha llevado.

A ti te han llevado los hombres. Lo peor del hombre, su maldad. La injusticia del hombre te ha segado la vida apartándote inmisericordemente de nosotros.

El egoísmo del hombre, incapaz de haberte visto enfermo y de socorrerte. Ése hombre que os llevó a prisión a ti y a tus compañeros hace más de un año. El hombre que os juzgará, y no Dios, te ha llevado.

Nos dejas tantas preguntas. Tantas cosas por hacer, que sólo en tu amor y en tu ejemplo podemos apoyarnos ahora. Y en la esperanza también de que tu trágica muerte no va a ser en vano.

Os sepultaron en vida acusándoos de homicidio. Y ahora ese hombre, incapaz de ver tu humanidad y tu grandeza, se ha convertido en tu vil homicida doloso.

Han parado tu corazón. Pero hoy tú mueves los corazones de todos los que te queremos.

Descansa en paz, Gregorio Javier, en el amor de Dios y en el nuestro. Nosotros haremos justicia por ti.

Palabras de uno que escribe por muchos

  • ­Jamás pensé que un trece de octubre al acabar el día recibiría una llamada en la que me decían que te nos habías ido, que ya no te encontrabas entre nosotros. No me lo podía creer. Viví mi peor pesadilla.
  • Te conocí en la escuela de formación del Cuerpo Nacional de Policía. A partir de ahí comenzamos a ser no sólo compañeros de profesión sino también amigos. Recordaré siempre nuestros viajes juntos, donde cuatro compañeros nos contábamos mil cosas y compartíamos muchas risas.
  • Eras un amigo con mirada noble, siempre con una sonrisa en la cara, alguien con el que siempre podías contar y nunca te iba a fallar.
  • Durante todos estos años hemos podido disfrutar de ti, de tu compañerismo y de tu amistad. Siempre te recordaremos por esas pequeñas cosas tan difíciles de demostrar y que hacías con tanta facilidad.
  • Este último año hemos vivido momentos muy difíciles. Teníamos la esperanza de que pronto estuvieras con nosotros, pero jamás imaginábamos que sería de esta manera. Sin poder abrazarte, ni besarte, ni demostrarte todo lo que te queremos.
  • Un trozo de nuestros corazones se va contigo. Será imposible olvidarte. Siempre te recordaremos y te querremos. Familia, amigos y compañeros.