Se incorporó a la Escuela Naval Militar el 16 de agosto de 1977 y se graduó como Alférez de Navío en 1982. A partir de ese momento, Manuel de la Puente (Cádiz, 1958) ha llevado una carrera militar envidiable que le ha permitido ser nombrado en 2012 Jefe del Estado Mayor de la Flota; o almirante del Mando Naval de Canarias, desde 2013 hasta su nuevo destino en Cartagena como almirante de la Fuerza de Acción Marítima (Almart). Cercano en el trato, De la Puente ya trabaja en su nuevo cometido: garantizar la seguridad en la mar.

Acaba de desembarcar en el puesto, ¿cuál ha sido su primera sensación?

Llego a un sitio que tiene muchas expectativas, que es muy demandante en el trabajo, pero que tiene un trabajo fantástico e ilusionante, con mucha responsabilidad y que será agradecido.

¿Cómo afronta los dos próximos años al frente de la Fuerza de Acción Marítima?

Nunca sabemos cuánto tiempo vamos a estar en un destino, ojalá sean dos años como en Canarias. En primer lugar, como ya he dicho, afronto estos dos años con mucha ilusión y con muchas ganas porque las misiones que tiene la Fuerza son tangibles y proporcionan seguridad a toda la comunidad marítima y por tanto es una misión importante. También con responsabilidad, porque son muchos hombres y mujeres los que están a mi mando y a los que se les exige un gran trabajo para cumplir con las misiones. Y también afronto esta etapa con confianza, porque todos ellos son buenos profesionales y tendré muy buen apoyo.

¿Cuáles son sus principales cometidos?

Nuestras misiones están principalmente relacionadas con la seguridad marítima y con la libertad de acción y la ejercemos mediante la presencia y la vigilancia en los espacios marítimos de interés y soberanía españoles. También está relacionada con las actividades que llevan a cabo las administraciones públicas con responsabilidad en el ámbito marítimo. Concretando, cometidos míos son velar por la moral y disciplina del personal y mantener la eficacia de todos los medios que se han puesto bajo mi mando. También la preparación de la Fuerza, responsable ante el almirante de la Flota; y la ejecución de las misiones que dentro del ámbito específico del mando de vigilancia y seguridad marítima se me asignen. Asimismo es importante la fusión y compilación de toda la información que nos llega por diferentes fuentes y que después controlamos y gestionamos a la hora de diseminarla a organismos que la puedan requerir. También nuestro cometido es la vigilancia sobre el patrimonio subacuático.

¿Cómo se encuentra actualmente la dotación, tanto de personal como de naves y equipos?

Ahora mismo está, en personal y material, dimensionada a los cometidos que se le requieren. Son 42 buques, entre patrulleros, buques hidrográficos, cazaminas, buque de rescate y salvamento... En personal somos más de 3.300 personas, la mayoría aquí en Cartagena puesto que aquí está el cuartel general. Dependiendo de las unidades, ronda entre un 10 y un 15% el número de mujeres en la Armada en general. Están la mayoría en los buques y de ellos, aproximadamente, el 70% están embarcados.

¿Cómo afectan los recortes a su labor?

Bueno, durante los años duros de la crisis, la actividad se vio reducida de alguna manera, pero buscando sobre todo la eficiencia en el empleo de los recursos y con el trabajo de la gente se cumplieron las misiones que se nos demandaron. Actualmente, seguimos manteniendo esos mismos criterios de eficacia y eficiencia para sacarle el máximo provecho a las unidades y realizar todas las misiones.

¿En qué misiones está actualmente inmersa la Fuerza de Acción Marítima?

Son muy variadas. Hablamos desde desplegar buques en misiones contra la piratería en el Índico a desplegar unidades en el golfo de Guinea para acciones cooperativos, hasta misiones de colaboración con otros organismos en materia de tráfico de drogas o inmigración ilegal. O simplemente vigilancia marítima que cubriría toda la cooperación contra tráficos ilegales. También las misiones de los BIO Hespérides y Las Palmas.

Se ha conocido que en los últimos tres años no ha habido grandes problemas respecto a la piratería, ¿cuál es el estado de los mares actualmente?

Efectivamente. En Somalia llevamos tres años sin secuestros de buques por piratería. Esto ha sido gracias a la labor de los países que han enviado sus unidades a la zona. En particular, España ha contribuido mucho a la operación Atalanta, bajo mando de Unión Europea, lo que ha propiciado que casi se anule la capacidad de asaltar buques. Se han sentado las bases para que no vuelva a ocurrir. Se mantiene la vigilancia allí, aunque hay fecha tope para la operación en el mar que es finales del 2016. De momento. En otras zonas, como el golfo de Guinea, también se producen actividades ilegales, pero no relacionadas con la piratería, sino más bien asaltos con fuerza armada. La vigilancia es porque el mar es un entorno complejo. Y en nuestras aguas de interés y soberanía se sigue trabajando contra tráfico de drogas, de armas, inmigración, tráfico ilegal de personas... En definitiva, delitos que también son importantes y pueden poner en riesgo a los ciudadanos y la economía del país.

El BIO Hespérides comienza este mes una nueva campaña antártica. ¿Qué papel juega el buque para el país?

Principalmente para la comunidad científica. Lo que ofrece la Fuerza es colaboración. En este caso es un despliegue a la Antártida en el que los trabajos de investigación son civiles, aunque se desarrollen en una base del Ejército. Es apoyo a la comunidad científica, fundamentalmente.

¿Hay previsión de nuevas inversiones en infraestructuras o naves en los próximos años?

La Fuerza de Acción Marítima, por la variedad de cometidos, no puede quedarse atrás en materia tecnológica y por lo tanto tiene que estar siempre buscando mejores medios para sus misiones. La Armada estudia con meticulosidad estas inversiones, porque son proyectos de envergadura que llevan muchos años y siempre estamos previendo nuevas necesidades y proyectos de modernización. Actualmente está en marcha el proyecto de sustitución del buque de salvamento y rescate por otro buque cuyas misiones irían más allá de salvamento y rescate, ya que sería un barco de intervención subacuática, es decir, que al mismo tiempo trabajaría con las misiones que la Ley de Navegación Marítima asigna a la Armada en materia de patrimonio cultural subacuático. También existe la construcción, que ya se encuentra en una etapa avanzada, de dos nuevos Buques de Acción Marítima (BAM), que han sido adjudicados a los astilleros de Cádiz y Ferrol y que sustituirán a unidades más antiguas.

¿Cuál es la vida de un barco?

Los buques tienen una duración de entre 30 y 40 años. Además, a lo largo de su ciclo de vida se le hacen unos trabajos que llamamos de media vida que le permite llegar a esos 40 años. En función de las necesidades duran más o menos. Actualmente, muchos de los patrulleros se encuentran en el último tercio de su vida, por lo que se está tratando de sustituirlos. De hecho se construyeron cuatro BAM, ahora otros dos en cartera, el buque de salvamento... En un futuro quizá se requiera una modernización de los cazaminas, de media vida... Es continuo el mantenerse al día tecnológicamente.

Cada vez los barcos son más multifuncionales...

Efectivamente, cada vez se pretende que los barcos sean más flexibles en su utilización, es decir, que sirvan para más cometidos. Por eso, en el caso del buque de salvamento, dado que estamos relacionados con la arqueología submarina también se dotará al buque de esa flexibilidad.

Hace un año entró en vigor la Ley General de la Navegación Marítima, esperada normativa, fruto del consenso del sector. ¿Cómo se ve reflejada la Armada en dicha Ley?

Esta Ley era necesaria para ordenar todos los distintos organismos y agencias de la Administración pública dentro del entorno que es la mar. A la Armada además se le ha asignado misiones importantes, entre ellas, la extracción, vigilancia y exploración de buques y bienes naufragados y hundidos. Entre los cometidos será ayudar a confeccionar una carta de pecios junto a otros organismos.

¿Las relaciones de la Armada con la Comunidad Marítima y Agencias con responsabilidad en la mar, como se encuentran a día de hoy?

Yo creo que se encuentran en un buen momento. Todos los ministerios tienen de algún modo competencias en la mar y se hacen convenios porque se requiere de todos para construir el conocimiento del entorno marítimo que viene a ser como crear una fotografía de lo que pasa en todo momento en el mar. Esto gracias a fusionar y compilar las informaciones que vienen de múltiples organismos que tienen su trabajo en el mar. Definiría esa colaboración como excelente, pero todavía va avanzando y se sigue profundizando en ella.