Los usos del muelle tras la remodelación planteada por la Autoridad Portuaria son todavía una incógnita. Y es que, hace poco más de cien días, el proyecto estaba definido y a punto de ponerse en marcha, pero las elecciones municipales lo paralizaron todo.

El cambio de Gobierno municipal ha llevado al Puerto a guardar el trabajo en un cajón y empezar a negociar de nuevo con el Consistorio qué servicios tendrá el muelle.

De momento, ya se han llevado a cabo varias reuniones entre técnicos del Puerto y del Ayuntamiento para definir los usos de las explanadas que se generarán tras la retirada de los quioscos y los bajos comerciales de la marina deportiva -esta zona ya está finalizada-. Han sido muchas las iniciativas planteadas en esos encuentros, aunque «las conversaciones continúan», indicaron. El alcalde José López, quien cuando quiere criticar las iniciativas del Gobierno anterior del PP las califica de «ocurrencias», es decir ideas sin base o fundamento, aún no se ha pronunciado.

López rechazó el trabajo

  • El Puerto presentó su antiguo proyecto, que contaba con el beneplácito del anterior Gobierno liderado en mayoría absoluta por los populares y con la instalación de un barco con juegos infantiles. No obstante, el equipo de López rechazó el trabajo y propuso dejar la explanada diáfana para que se pudiera ver la muralla y el mar desde el paseo del muelle. Incluso, según se ha podido saber, también salió a la luz la ocurrencia de derribar el edificio de la Cámara de Comercio, aunque finalmente esto ha quedado descartado.

Esta incertidumbre deja a la Autoridad Portuaria atada de pies y manos, ya que cuenta con el dinero para proceder a la reforma este mismo año -se encuentra en los presupuestos del presente ejercicio-, aunque el organismo estatal no moverá una pala hasta llegar a un acuerdo con el Ayuntamiento. «Tenemos que hacer lo que nos digan porque es una infraestructura que disfrutarán los cartageneros y quién mejor para definir sus usos que el propio Gobierno local», señaló el presidente del Puerto, Antonio Sevilla, en sus últimas declaraciones sobre este asunto.

Esta situación ha provocado que incluso la explanada generada en la zona de los antiguos bajos comerciales haya quedado en el aire. Se ideó crear en el lugar un espacio para acoger las ferias que ahora se instalan junto a la bandera nacional y la escultura de El Zulo, para ganar en espacio y dar vida al Ppuerto.

Con la negativa municipal a instalar un barco en la zona de quiscos, el Puerto baraja llevarlo a la otra explanada, ya que su compra está presupuestada.