La Escuela Técnica de Aprendices de Bazán de Cartagena cumple 90 años. Y para celebrar esta efeméride los antiguos alumnos de este emblemático centro de formación han elaborado una serie de actos para conmemorar sus años mozos como estudiantes.

Uno de los más destacados será la inauguración de un monumento junto al ISEN en honor a toda esta generación de cartageneros. La imagen será descubierta el 24 de octubre por el alcalde de Cartagena, José López. Además, los chicos de la cantera bazanera han organizado una gala para ese día en el Teatro Circo de la ciudad portuaria. También visitarán el astillero de Navantia el día 25 de ese mismo mes.

Por la Escuela Técnica de Aprendices han pasado durante 70 años de docencia, ya que cerró a mediados de los noventa, más de 3.000 cartageneros. En la actualidad casi la mitad de la plantilla de Navantia, unos 500 trabajadores, estudiaron allí. En este centro se impartía formación profesional encaminada a trabajar en los astilleros. Se daban especialidades como electricidad, máquinas, ajuste, calderería y soldadura.

Un resumen de la historia

El historiador cartagenero José Ibarra Bastida ha publicado un libro que resume los recuerdos de la institución bazanera. Él mismo estudió en el colegio de Nuestra Señora del Rosario de la calle Real, pasó a la Escuela de La Algameca y es trabajador de Navantia. El autor presentará su obra este miércoles junto al Icue. Ibarra explica que para escribirlo ha estado investigando durante un año y se han recopilado 300 imágenes, así como testimonio de todas las generaciones de aprendices, casi 70 promociones.

"El que entraba en la Bazán tenía la vida resuelta"

  • José Manuel Marín es el presidente de los antiguos alumnos y fue uno de esos niños bazaneros que aprendió a leer en el colegio del Rosario y terminó su formación en la Escuela Técnica de La Algameca. Para él, al igual que para muchos cartageneros, «entrar en la Escuela de Aprendices era saber que tenías el futuro resuelto en Bazán». Marín, conocido por todos como ´Lolo´, era el hijo de la limpiadora de la escuela de la calle Real y recuerda que «jugábamos a juegos como el ´arre y galope´ o el ´chinchi monete´» A. g.