Unas prácticas de empresa en la cátedra de MTorres donde reconoce haber aprendido mucho, constancia y esfuerzo, un expediente «normalillo» y algo de suerte han sido los ingredientes principales con los que a partir de septiembre José Carlos comenzará a vivir su aventura a miles de kilómetros de su casa. «Los cuatro primeros meses tendrá que asistir a clases de japonés, mi habitación será de 13 metros cuadrados con aseo compartido lo que supone un cambio singular para mí». El estudiante también aprovechará para conocer Japón y su cultura, así como hacer nuevos amigos. En definitiva, disfrutar de las grandes experiencias «después del esfuerzo que he hecho para estar donde estoy», cuenta.