­Desde la Edad Media se tiene conocimiento del culto a San Ginés de la Jara en el Campo de Cartagena. Según la leyenda el Santo fue ermitaño en una cueva del monte Miral hasta que los ángeles le ayudaron a construir una ermita. Con los años San Ginés fue venerado en este enclave estratégico del Mar Menor donde hubo una época, incluso, que convivió el culto cristiano con la devoción que también le profesaron los árabes.

Se tienen testimonios de peregrinaciones desde lejanos lugares de España y Europa, de procesiones desde la ciudad de Cartagena y, con los siglos, de romerías que llegaban al monasterio. En verano, coincidiendo con su festividad y con la venida de los ganados de la Mesta, se celebraban mercados y grandes fiestas junto al convento.

Desde que en el siglo XX se recuperó la romería hasta hace unos años los romeros se han acercado al monasterio, tal como reivindica la Asociación de Amigos del Monasterio y tal como han prometido volver a hacer en cuanto sea técnicamente posible la Hermandad de Romeros. Mientras tanto, ayer se volvió a honrar al más antiguo Patrón de Cartagena gracias al esfuerzo de la Parroquia de San Ginés de la ciudad portuaria.

Con su párroco Lázaro Gomáriz a la cabeza, y gracias a la organización de la Hermandad que preside Andrés García un vistoso desfile de caballos y jinetes, carros, carretas, carrozas, carruajes e incluso romeros a pie, caminaron por algunos barrios y diputaciones y se adentraron en el municipio de La Unión para regresar, junto a la explanada del estadio Cartagonova, donde la fiesta se alargó hasta la madrugada de hoy.

A las ocho de la mañana, tras una ofrenda floral a la Virgen de la Caridad, centenares de romeros marcharon hacia la parroquia de San Ginés de la Jara, donde recogieron al Santo e iniciaron, por Torreciega, el camino hasta La Aparecida, en cuya iglesia volvieron a hacer otra ofrenda floral antes de ser magníficamente acogidos por los vecinos, con sus mejores viandas. No faltó el famosísimo embutido ni los caldos de la zona.

Tras reponer fuerzas, los romeros continuaron hasta Los Camachos, haciendo parada en Roche, en cuya ermita se celebró una eucaristía y donde hubo cerveza, paella y melones para la comida de todos los presentes y, por supuesto, descanso y agua para las bestias.

La romeríra contó con la presencia de varios concejales del Ayuntamiento de Cartagena como Juan Pedro Torralba o Maria José Soler. Además, se unió el alcalde de La Unión, Pedro López.