Multar a los jóvenes que hacen botelleo es muy complicado, sobre todo, cuando se cuentan por miles. No podemos sancionar a siete mil jóvenes», aseguró ayer el concejal de Seguridad Ciudadana, Francisco Aznar, quien admitió que «si yo viviera en Cabo de Palos, estaría igual de indignado que los vecinos por el botelleo y los problemas que genera».

Sin embargo, el argumento de Aznar no convence a la presidenta de la Asociación de Hosteleros de Cartagena y Comarca (Hostecar), Francisca Naranjo, quien criticó «la mala planificación del dispositivo policial, ya que la Policía sabe perfectamente lo que tiene que hacer, que es llegar antes de que los jóvenes se instalen».

Naranjo admitió que «es un problema difícil de solucionar, por no decir imposible». Sin embargo, criticó «el inmovilismo del Gobierno municipal porque no está haciendo nada» y lamentó «la competencia desleal» que supone para el sector. En relación a la furgoneta que el pasado fin de semana vendía alcohol a los jóvenes, como publicó LA OPINIÓN, la presidenta de Hostecar recalcó: «Se trata de un negocio añadido y un bar ambulante sin permiso y que ya conocemos de otros años».

Por su parte, Aznar, quien desconocía la existencia de la citada venta ambulante, sí hizo hincapié en que el objetivo del Ayuntamiento «es hacer una vigilancia preventiva, prevenir más que sancionar», aunque admitió que el pasado fin de semana se cursaron veinte denuncias por miccionar en la calle, de las cuales once fueron por ensuciar la oficina de Turismo.

El edil insistió en que «yo tomé posesión el 13 de junio y el día 14 comprobé que ya estaban planificados los turnos de vacaciones y el dispositivo de verano. Los viernes y sábados hay un refuerzo de 10 agentes en las playas y el pasado fin de semana hubo hasta 16 agentes. Se precintó la zona de la gasolinera, lo que ocurre es que al día siguiente, saltaron las cintas».

Aznar adelantó que en la reunión prevista en septiembre con todos los colectivos implicados para firmar el Pacto por la Noche «se planteará la posibilidad de habilitar un recinto como botellódromo, pero los hosteleros no querrán» y admitió: «No tengo la solución, pero el próximo verano el dispositivo se organizará de otro modo».