­Un informe aportado por la Agencia Tributaria ante el requerimiento del juez Eloy Velasco, magistrado que investiga la trama ´Púnica´, pone de manifiesto que el colegio Miralmonte de Santa Ana pagó 695.320 euros a una empresa vinculada a la trama ´Púnica´. La firma que recibió los importes procedentes de las arcas escolares, Struere Proyectos S. L., cobró estas cuantías en un periodo de seis años, comprendido entre 2005 y 2010.

Sin embargo, desde el centro aseguraron que el colegio está desvinculado de la citada trama tras expulsar los propios cooperativistas por unanimidad en 2008 a los representantes de ´Púnica´, tras ver «algo oscuro». «Entre los años 2008 y 2010 no se ha efectuado ningún pago, a no ser que sea a una empresa que esté vinculada a la trama sin nosotros saberlo», aseguró ayer un docente del centro de Santa Ana.

La empresa Struere Proyectos S. L., con sede en Madrid, estaba repartida al 50% por Alberto Sanjurjo Álvarez, imputado en la causa, y la esposa del arquitecto municipal de Valdemoro (Madrid), María Luisa González Olmo.

El arquitecto del Consistorio de la Comunidad de Madrid es José Luis Navarro Soto, quien presuntamente habría intervenido en la aprobación de importantes proyectos urbanísticos en su localidad a través de su poder en el área arquitectónica de Valdemoro. Este es precisamente uno de los municipios donde se originó la citada trama.

La Agencia Tributaria señala en el informe de la ´Púnica´ que la sociedad que cobró los 700.000 euros del colegio Miralmonte de Santa Ana tiene entre sus principales clientes al presunto cabecilla de la trama, David Marjaliza. Según se desprende en los informes policiales, el arquitecto de Valdemoro está íntimamente ligado a las empresas de este líder de ´Púnica´, quien también es amigo de la infancia de otro imputado y presunto cabecilla de la trama, el expresidente de la Comunidad de Madrid, Francisco Granados.

Empresas ´pantalla´

Hacienda revela que entre los principales clientes de Struere Proyectos Urbanos S. L. figura la gestora Alfedel, promotora de la construcción del colegio Miralmonte en 2005.

Los informes del Fisco arrojan más luz sobre la red societaria de la ´Púnica´. En ellos se recoge que la empresa que facturaba directamente al colegio Miralmonte, centro construido sobre dos parcelas cedidas por el ayuntamiento de Cartagena, era la principal cliente de otra compañía, Trazos Consulting. En ella estaba como administradoras tanto la mujer como la suegra del arquitecto de Valdemoro. Destacar que, por entonces, el ayuntamiento madrileño estaba dirigido por el popular José Miguel Moreno, quien fue sucesor de Granados en el cargo y ha sido expulsado hace unas semanas del Partido Popular por un pinchazo telefónico.

Detrás de Alfedel está, como administrador único, Alfonso Ferrón del Río, quien llegó a reunirse en varias ocasiones con los profesores de Miralmonte en los inicios del centro. Durante los años que se produjeron los pagos por parte de la cooperativa de enseñanza de Cartagena, la firma de Ferrón facturó 360.860 euros a Struere Proyectos Urbanos, a la par que estos facturaban a Miralmonte, y él mismo, en su nombre, tiene cobros de Struere en ese mismo periodo por valor de 113.660 euros. En total, casi 500.000 euros, aunque en el sumario no se refleja si todo este dinero provenía directamente de los 700.000 euros que la empresa de ´Púnica´ cobró al colegio cartagenero.

Lo que sí que queda claro, según aparece en el sumario de la trama, es que la función de Ferrón era la de encargarse de lograr los terrenos y las licencias para después ceder la gestión del colegio a las cooperativas de profesores. Para ello contaba supuestamente con la valija diplomática que le servía Francisco Granados para conseguir, mediante influencia política, los terrenos y las licencias para que el colegio pudiera ser realidad.