Las palabras del alcalde José López en las que instaba a los ciudadanos «a colapsar los hospitales de Murcia» y afirmaba que los políticos regionales «están matando cartageneros» con los recortes sanitarios no han tardado en provocar reacciones. Quizá la más dura sea la del principal partido de la oposición, el PP, que ayer tachó las declaraciones de López como «incendiarias».

El portavoz popular en el Ayuntamiento, Francisco Espejo, fue más duro y afirmó que las palabras del alcalde contra las políticas sanitarias «son más propias de la kale borroka más radical» y que lo único que consiguen es «instar a la violencia y fomentar enfrentamiento» entre los ciudadanos de la Región. «Veinticuatro horas después de sus declaraciones seguimos alucinados», dijo Espejo, quien exigió a López que se retracte de sus palabras y que dimita. «Si no sabe gobernar, lo mejor que puede hacer es irse», sentenció el portavoz popular.

No obstante, Espejo afirmó que no le sorprendieron las palabras del regidor porque «cada día se supera». «Cuando crees que ha llegado al límite con declaraciones de este tipo, al día siguiente consigue superarse», dijo el edil del PP.

Asimismo, el portavoz popular también acusó al alcalde de «mentir en la ratio de camas por habitante», ya que López habló de una media de 1,4 camas por cada 1000 personas, mientras que la real en el Área II de Salud, según Espejo, es de 2,48, «por encima de la media nacional», tal y como también dijeron desde la consejería de Sanidad el martes, pese a que el regidor ayer volvió a afirmar que Cartagena contaba con la ratio más baja del país.

Aun así, el concejal del PP tendió la mano al regidor y afirmó que «hay que exigir la mejor sanidad y lo mejor para los cartageneros, pero con buenas maneras». «Cuantas más reivindicaciones mejor, pero tendrán que contar con todos los partidos para tener más fuerza», argumentó.

Investigan el material que ardió en el Santa Lucía

  • Una investigación trata de averiguar cómo se prendió fuego, el pasado lunes, a la fachada exterior del Bloque 1 del hospital de Santa Lucía si, sobre el papel, los materiales deben ser ignífugos. Y es que, tal y como señaló el presidente de la Junta de Personal del centro, Antonio Martínez, «hemos pedido explicaciones sobre por qué ardió y sobre qué medidas se adoptarán para que no vuelva a ocurrir». Asimismo, Martínez, quien no quiso valorar las palabras del alcalde José López pero sí su contenido, afirmó que «claro que falta más inversión en materia sanitaria en el Área II, pero también hace falta en otras áreas, según me comentan los compañeros». «Los recortes son indiscriminados, aunque aquí los notamos más», dijo.

El portavoz de Ciudadanos, Manuel Padín, que junto al PP forman la oposición al Gobierno local -Podemos apoya el pacto entre MC y PSOE-, no quiso entrar a valorar las palabras de López, aunque sí que expresó que «hay que exigir las cosas con más sosiego, desde la responsabilidad de cada uno y de su puesto». Y es que, según Padín, «pese a que tenemos que ser constantes en reivindicar el Rosell como segundo hospital y la mejora en los servicios sanitarios, debemos hacerlo pensando y sopesando nuestras palabras para no alarmar de forma innecesaria». «Somos esclavos de lo que decimos y más cuando somos representantes de los ciudadanos», terminó el portavoz de Ciudadanos.

No se muerde la lengua

Como réplica a las acusaciones emitidas por el Partido Popular, el alcalde denegó retractarse de sus palabras y dimitir de su cargo. «No sé cómo tienen la decencia de pedir que deje mi puesto cuando ellos tuvieron la desvergüenza de dejar a Cartagena con el ratio de camas más bajo de España. No voy a permitir que sigan matando cartageneros», explicó.

Sobre las acusaciones del portavoz del PP, que vinculan sus palabras a la kale borroka, el jefe del ejecutivo local aclaró no ser «ni nacionalista, ni separatista, ni ningún ista». Y seguidamente, prosiguió: «Lo que soy es un alcalde pidiendo para sus habitantes los mismos derechos que tienen los otros ciudadanos de la Región».

Los populares también pidieron más cordura en el mensaje, a lo que el alcalde aseguró que se la aplicará la próxima vez, pero «que ellos se apliquen la decencia, que no tienen, tras cerrar el Rosell por su cuenta y ahora pedir un grupo de expertos para abrirlo».