­Acción Familiar (AFA) lleva desde su creación en 1978 trabajando para sensibilizar a los jóvenes de los riesgos del consumo de drogas y orientar a las propias familias con problemas sociales en toda España y con especial resonancia en el cartagenero barrio de Lo Campano. Con sus actividades pretende servir de complemento a las campañas preventivas que se desarrollan en los centros educativos del país contra la drogodependencia a familias y, en especial, a los niños en entornos proclives al consumo y otras actividades que perjudiquen la salud. Hijo de esta organización, es el programa TelePatio, una actividad extraescolar para niños y adolescentes de la ESO surgido en el año 2000 y en el que los estudiantes elaboran cortometrajes de 5 y 15 minutos en diferentes formatos y relacionados con temas como la prevención de drogas, la salud o los valores en la vida.

Los alumnos son los principales protagonistas en la creación de los trabajos e incluso se celebra una entrega de galardones para premiar a los mejores cortos. «En TelePatio aprenden a convivir, hacer amigos y aumentar su autoestima», comenta Rosario Gortázar, presidenta de la organización que incide en la necesidad de estos jóvenes de «verse valorados». Por ello, desde Acción Familiar la difusión en los medios es importante. El programa ofrece varias combinaciones a los colegios para su elaboración, desde sesiones en las horas de tutoría hasta actividades extraescolares por la tarde en los propios centros. «A muchos chavales les gusta lo que ven en la asignatura de tutoría y se apuntan al programa fuera del horario lectivo», explica Eusebio Martínez, delegado y coordinador del programa en Cartagena. TelePatio complementa así las charlas sobre la prevención de drogas o la formación familiar con otras como la higiene, la alimentación o el reciclaje, así como actividades lúdicas como excursiones o visitas a museos.

Encontrar un rol

Desde la organización saben que «no es fácil entrar en aquellos barrios con una alta exclusión social y costumbres nocivas», a veces, difíciles de abordar. Para evitar el rechazo de estas zonas, AFA siempre busca la colaboración de asociaciones del lugar. Por ello, en Lo Campano decidieron asociarse con La Botica del Libro para el refuerzo educativo de los menores y sus familias. «La Concejalía nos cedió cuatro aulas y un comedor en el escuela infantil San Isidoro. Desde allí nuestros cuatro monitores enseñan a niños de edades que van desde la primaria hasta el nivel más alto de la ESO», explica Martínez que aún recuerda la primera vez que escuchó hablar de los proyectos de Acción Familiar. «Fue en una charla en la Universidad de Murcia, en la que quedé tan entusiasmo que le pedí al ponente material para colaborar en la Región», recuerda. Desde entonces, la delegación de Cartagena funciona con el dinero que les otorga el Ayuntamiento dentro del programa de Servicios Sociales y ayudas de fundaciones como la Obra Social de La Caixa, que sirven para costear los materiales empleados para los talleres y proyectos, así como las excursiones que se realizan.

«A veces, nos encontramos con talentos escondidos. Algunos chavales ya me han comentado su ilusión de estudiar arte dramático cuando terminen el instituto», dice el coordinador. Todo ello, asegura, para sacar los mejor de cada joven y que puedan encontrar un rol en sus vidas que les permita seguir adelante.