'Protección Civil asiste a un parto en una vivienda de la calle del Carmen'. Así reza el titular de la web municipal que informa exactamente de eso, de la asistencia sanitaria prestada la madrugada del pasado sábado por parte de efectivos de Protección Civil a un matrimonio en el parto de su hijo en la propia vivienda familiar de la calle del Carmen. Pero detrás de esas escuetas palabras se esconde una gran historia.

La de Víctor Arroyo, Salvador Giménez y Pablo Moreno. Una historia de agradecimiento mutuo. «Cuando llegamos, el padre ya había asistido a su mujer -de 35 años- para traer al mundo al pequeño -al que llamaron Javier-, siguiendo las instrucciones telefónicas del médico coordinador del 112», cuenta Víctor, el enfermero que ayudó a la pareja.

Habían acudido ellos porque las siete ambulancias de las que dispone el Servicio Murciano de Salud para urgencias y traslados estaban ocupadas con otros servicios a esa hora, sobre las seis y media de la madrugada. «Al llegar vimos que el bebé ya estaba casi fuera, así que sabíamos que no podíamos trasladar a la madre hasta el hospital hasta que el parto acabase», recuerda el enfermero de Protección Civil.

«Cortamos el cordón umbilical»

«Los padres nos dieron una lección de confianza al dejar que nosotros nos encargásemos de todos los trabajos del parto cuando el bebé ya estaba fuera. Retiramos la placenta, cortamos el cordón umbilical y procedimos a los trabajos que el médico del 112 nos comunicaba vía telefónica», afirma Víctor.

Una vez estabilizada la madre y el niño en perfecto estado -«el pequeño se portó como un campeón, igual que la madre», recuerdan los efectivos de Protección Civil-, la ambulancia del servicio municipal los trasladó al hospital de Santa Lucía.

«Es la primera vez que nos pasa algo así, normalmente nuestros servicios poco o nada tienen que ver con estas cosas y suelen ser para cuestiones menos agradables, por lo que ha sido toda una experiencia y más viendo después el agradecimiento de los padres por nuestro trabajo y el reconocimiento a nuestra labor», explica el enfermero, quien destaca también el trabajo de sus dos compañeros, técnicos conductores, quienes también estuvieron presentes en la vivienda de la calle del Carmen.

«Está claro que una experiencia así crea ciertos vínculos y la misma tarde de los hechos acudimos al hospital a ver a la familia -el matrimonio ya tiene un hijo anterior- y se encuentran perfectamente», dice Víctor, quien recuerda que en el momento del parto «ser partícipes de algo tan íntimo, tan especial, es maravilloso y siempre quedará guardado en nuestra memoria y en la de los padres, sin duda».