Un centro donde todas las empresas agroalimentarias de la Comarca de Cartagena puedan aunar sus esfuerzos y trabajar de forma conjunta, junto a instituciones públicas como la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) para que los cultivos vuelvan a tener el peso en la economía regional que tenían antes de la especulación inmobiliaria. Esa es la idea base del trabajo fin de grado que ha llevado al alumno Antonio Zamora a ser uno de los dos primeros graduados en Arquitectura de la institución docente.

«Se trata de un proyecto enfocado para impulsar el sector agrícola en el Campo de Cartagena y en la Región, ya que la Comunidad Autónoma es la que más empresas del sector tiene de toda España, y, a la vez, se recupera un edificio y un entorno singular, como es el monasterio de San Ginés de la Jara», cuenta Zamora, quien precisa que «en la Región, el 30% de las compañías agroalimentarias se encuentran en la Comarca de Cartagena».

El proyecto del nuevo arquitecto consiste en dotar al huerto del monasterio de cuatro núcleos de investigación dispersos en los que se investigue sobre diversos campos, como el riego y la gestión hidrológica, genetistas y viveros, tecnología y maquinaria, y calidad y distribución. Todo con un edificio central, el monasterio, que serviría como central de sinergias, «con el objetivo de no afrentar la imagen de las instalaciones y sus valores patrimoniales.

El trabajo ya le ha servido para lograr el grado de Arquitectura y reconoce que la situación es complicada, pero Zamora está convencido de que es un proyecto realizable y que ayudaría al desarrollo del sector. «Es cierto que la situación es complicada por la propiedad de los terrenos y el acuerdo entre el Ayuntamiento y Hansa Urbana -por el que la empresa debe rehabilitar el monasterio si quiere construir el proyecto Novo Carthago, actualmente paralizado-, pero si las empresas de la Comarca y las instituciones se ponen de acuerdo y trabajan por el bien común, es viable ponerlo en marcha», afirma el graduado.

No obstante, el proyecto de Zamora cuenta con una ventaja, independientemente de la reforma del monasterio que debe realizar Hansa Urbana, y es que tal recuperación se centra sólo en el inmueble y no afecta al huerto. Tanto es así, que el Ayuntamiento ya se ha interesado, tal y como ya publicó este diario, en recuperar el jardín como un huerto medieval, para lo que ya se puso en contacto con la Politécnica para elaborar informes y estudios sobre cómo llevarlo a cabo.

Se trataría de poner en marcha un huerto del siglo XVIII, algo sobre lo que se ha hecho «muy poco» en el país, según dijo en su momento el jefe de Urbanismo municipal, Jesús López.

Esta idea también podría complementar al proyecto del nuevo arquitecto, quien señala que «es un foco de oportunidades, por su historia y por su configuración arquitectónica» y añade que «debido a su avanzado grado de deterioro debido a no tener uso, se puede encontrar una forma de recuperar parte de la historia a la par que se avanza en el desarrollo de un sector como el agrícola».