Vientos largos y mar de popa. Así cerró el almirante de Acción Marítima, Salvador Delgado, la presentación de la XX Campaña Antártica del Buque de Investigación Oceanográfica (BIO) Hespérides, que partió ayer desde el Arsenal para llevar a cabo 15 proyectos de investigación en las aguas del continente helado. Uno de esos estudios será el proyecto Pegaso, con el que se pretende estudiar la influencia del plancton marino en la formación de las nubes.

Serán una treintena de científicos los que trabajen en este estudio que se desarrollará en la región subantártica de Georgia del Sur y en el hielo antártico del Mar de Weddell. Un proyecto innovador al tratarse de una investigación sobre las nubes, que tienen un papel fundamental en el enfriamiento del planeta, por lo que servirá asimismo para conocer aún más los efectos y los ritmos del cambio climático, analizando cómo las emisiones de gases y partículas por el plancton regulan la formación y las características de las nubes sobre el océano.

La secretaria general de Ciencia, Tecnología e Innovación, María Luisa Poncela, quien acudió al acto, señaló que de los 15 proyectos que forman parte de la campaña antártica, nueve cuentan con la financiación del Plan estatal de Investigación Científica, uno de la Unión Europea, tres los llevarán a cabo grupos de investigación de Bélgica, Japón y Alemania, y los otros dos son proyectos de investigadores españoles que se realizarán en la base argentina Carlini y en el buque oceanográfico alemán, 'Polarstern'.

Por su parte, el comandante del buque, el capitán de fragata Javier Moreno, explicó los pormenores de la campaña. El buque tiene previsto su regreso el 5 de mayo y sumará un total de 160 días de mar y 37 de puerto. Asimismo, aunque el barco tiene una autonomía para navegaciones de hasta 60 días, sus travesías más largas sin tocar puerto serán de 32 y 40 días, coincidentes con la primera fase de la campaña, hasta llevar a Punta Arenas en Chile; y el proyecto Pegaso, respectivamente.

De igual forma, a la dotación del Hespérides, 61 marinos, se sumarán unos 70 investigadores procedentes de universidades y centros de 12 países, con un equipo de trabajo que rondará las 150 personas.

Turistas contra el ecosistema

Entre los proyectos más destacados, además del mencionado Pegaso, se encuentra el análisis de los posibles riesgos de introducción, establecimiento y expansión de especies invasoras en los ecosistemas terrestres antárticos, teniendo en cuenta los efectos del cambio climático y los impactos locales asociados al creciente movimiento de científicos y turistas en el territorio, según contó el presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Emilio Lora-Tamayo. Ya el pasado año se llevó a cabo una campaña similar enfocada al impacto de los turistas sobre los pingüinos.

También se estudiará la forma de parar el avance de un terraplén que amenaza una de las estaciones españolas en la Antártida, tal y como mostró el jefe de la base Gabriel de Castilla, José Pablo Sánchez de Lacalle.