Los miles de conductores que transitan por el camino del Sifón, reconvertido desde ayer en una carretera urbana, tendrán que controlarse a la hora de pisar el acelerador. Y es que no podrán pasar de los 50 kilómetros por hora. Así lo avisan los nuevos carteles de la vía y así lo anunció ayer la alcaldesa Pilar Barreiro tras la apertura de la carretera al tráfico después de mes y medio cerrada por las obras de remodelación.

Barreiro recordó que la nueva carretera del Sifón, en el tramo comprendido entre Las Tejeras y Santa Ana, era hasta ahora un camino rural de la Comunidad de Regantes que, no obstante, usaban multitud de conductores para trasladarse de Santa Ana y otros pueblos cercanos al casco urbano. Y fue precisamente esa presión de tráfico la que ha llevado al Ayuntamiento a acometer la remodelación de la vía, previo acuerdo con los regantes para que pasara a ser de titularidad pública.

No obstante, la nueva carretera está considerada como un tramo urbano y, por tanto, no se podrá circular a más de 50 kilómetros por hora. La propia alcaldesa dijo ayer que la Policía Local estará atenta para evitar que se rebasen estos límites.

Barreiro destacó la importancia de la supresión de la curva de herradura bajó las vías del tren y su sustitución por una recta. «Era uno de los puntos más peligrosos del antiguo trazado», resaltó. También se han hecho las obras de conducción de las aguas de lluvia y los pasos sobre el cauce de la rambla, lo que evitará inundaciones que se producían en esta carretera.

Para culminar la obra, cuya inversión es de 500.000 euros, resta la construcción de las rotondas de Molino Derribao y El Bohío, pero estos trabajos no supondrán un nuevo cierre a la circulación.