Así le quedó la cara a un policía local de Cartagena la noche del pasado jueves. El agente, que pertenece al grupo de escoltas de la alcaldesa Pilar Barreiro y que se encontraba fuera de servicio, estaba tomando tranquilamente una cerveza en un conocido bar de moteros llamado ´Ruta 66´, sito en la calle Ramón y Cajal de la ciudad. Fue entonces cuando un individuo, de rasgos sudamericanos, según las fuentes consultadas por este periódico, se le acercó con ganas de pelea. «Yo a ti te conozco, eres policía», le espetó. El miembro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado le evitó como buenamente pudo, a pesar de su insistencia, ya que probablemente se encontraba bajo los efectos de algún tipo de sustancia estupefaciente, según las mismas fuentes. «Que no, que yo voy al gimnasio y conozco a muchos polis», continuó el agresor. El escolta de la alcaldesa, fuera de servicio, en ningún momentó le desveló su identidad ni su profesión, con el fin de que le dejara en paz. Acto seguido, un hombre, acompañado de dos mujeres, entró al bar. Fue ahí cuando el atacante dirigió su atención a los tres nuevos clientes y comenzó a molestarles, con evidentes ganas de bronca. El agresor empezó a importunar a una de las chicas «con insistencia y arrogancia», de manera que el varón que las acompañaba no tuvo el mismo temple que demostró el agente de la autoridad apenas unos instantes antes, por lo que le propinó un empujón. Fue ahí cuando se originó la pelea.

El individuo agarró una botella con la intención de golpear al cliente del bar que le había empujado, lo que obligó al policía local de Cartagena a actuar en defensa de estas personas. De esta forma, «puso en práctica una de las llaves de inmovilización, sujetó a su agresor y lo sacó a la calle, donde cayeron juntos al suelo entre forcejeos y patadas», según los fuentes consultadas por LA OPINIÓN.

Una dentellada al rostro

Cuando el policía pensaba que el individuo que originó la pelea había bajado la guardia, este le propinó una dentellada en el rostro que le arrancó un trozo de carne, tal y como se aprecia en la foto. A pesar de ello, el escolta del Ayuntamiento, consiguió retener a su agresor hasta la llegada de una patrulla de refuerzo, que se llevó detenido y esposado a este individuo. Una historia de valentía de un servidor público, que salió en defensa de unas personas que, como él, habían salido a tomar algo con los amigos. Las consecuencias: una grave lesión en la cara que le constará un tiempo recuperar. Y una cicatriz que le quedará de por vida.