Los arqueólogos y restauradores inician una nueva campaña de excavaciones en el Barrio Romano del Molinete el próximo martes, gracias a un convenio de colaboración entre Repsol y el Ayuntamiento firmado el pasado verano. El acuerdo está dotado con más de cuatro millones de euros que se invertirán en varias fases hasta 2017. Esta nueva campaña se centrará en la recuperación de las pinturas murales de dos habitaciones y una tercera estancia de servicio vinculada a las anteriores, explicó a esta redacción María José Madrid, coodirectora de las excavaciones, junto a José Miguel Noguera. Desde 2012 en que se instaló la cubierta que protege el yacimiento, los arqueólogos no habían vuelto a excavar en el Molinete.

El presupuesto de esta primera fase, que según los cálculos de los arqueólogos se prolongará unos nueve meses, ronda los 600.000 euros. Se trata de la mayor inversión arqueológica que se va a llevar a cabo en Cartagena durante este año. «Es un trabajo delicado y minucioso. Hay que extraer los derrumbes de la pintura mural romana. Se van retirando capas de tierra para dejar al descubierto los trozos de pintura intentando que no pierdan unidad porque luego hay que hacer un puzzle de millones de fragmentos a escala uno por uno. Hay que tener en cuenta que estas pinturas datan del siglo I después de Cristo y se cayeron dos siglos después tras un incendio», explicó la arqueóloga.

Las tres habitaciones en las que se centra la excavación se sitúan en la Insula 1 -manzana en latín- y están a la derecha del atrio y de las termas que actualmente ya se pueden visitar, lo que significa que visitantes y ciudadanos van a poder ir comprobando el avance de las mismas in situ.

«Las citadas pinturas romanas son del denominado cuarto estilo. Se trata de composiciones sencillas con paneles de colores separados por una franja más estrecha decorada con motivos vegetales». Además, en esta campaña está previsto concluir las excavaciones de las calzadas romanas que se pueden observar desde la pasarela del barrio del Foro Romano, de manera que en el futuro el visitante pueda caminar por un tramo de estas antiguas vías como hacían los romanos en la época de Augusto.

Asimismo, está previsto que los arqueólogos intenten recuperar el suelo de las habitaciones. «Creemos que en la estancia más grande es posible que se conserve en buen estado, ya que sabemos que los muros tienen unos 4,20 metros de altura», precisó Madrid.

Estas habitaciones forman parte de un edificio formado por cinco salas principales, entre ellas cuatro salas destinadas a banquetes y una sala de culto al fondo.

En futuras excavaciones se abordará la Ínsula 2, donde hay un templo vinculado a divinidades orientales. Sobre la Ínsula 3 no se tienen muchos datos y en la 4 se ubicaba el foro de la ciudad con el templo capitolino y una gran plaza pública de edificios.

Hoy se iniciarán los trabajos básicos de infraestructuras, instalación de casetas y conexiones de luz y agua y, el martes, comenzará la excavación en la que trabajarán alrededor de 15 personas. Junto a María José Madrid y José Miguel Noguera, colabora Izaskun Martínez; los arquitectos Andrés Cánovas y Nicolás Maruri; y el director técnico, Rafael Checa.