«Le va a costar mucho tiempo a España». Así respondió el ministro de Defensa, Pedro Morenés al ser preguntado por el impacto que tendrá para el país, para la Armada y para Navantia el error en la construcción de los nuevos submarinos S-80, que se lleva a cabo en los astilleros de Cartagena. «Nosotros tenemos un techo de inversión en los submarinos que no se va a mover y, en principio, lo que nos va a costar es tiempo», explicó Morenés, quien se pronuncia por primera vez públicamente sobre este asunto, ya que hasta ahora, sólo lo habían hecho el secretario de Estado de Defensa, Pedro Argüelles, y otros altos mandos.

El ministro indicó que el Gobierno ya tiene el resultado del estudio realizado por una empresa estadounidense asociada a la US Navy y contratada para investigar la causa de los errores de sobrepeso en la construcción del prototipo, «unos fallos que no son algo absolutamente anormal, aunque sí sean un disgusto».

«No debe olvidarse que el desarrollo de un prototipo tiene unas vicisitudes, como ha tenido éste, y siempre son extraordinariamente costosas», señaló el titular de Defensa, quien añadió que especialmente, para una empresa que no ha hecho prototipos propios de submarinos hasta ahora. «Ha tenido un problema, se han detectado las causas y afortunadamente ya sabemos cómo se tiene que corregir», dijo.

Cabe recordar que el astillero de Navantia en Cartagena construye cuatro submarinos de esta nueva serie 80. Los trabajos se iniciaron en 2005 y la botadura del primero de ellos estaba prevista para este mismo año, con el fin de entregarlo a la Marina en 2015.

Sin embargo, el prototipo tiene un exceso de peso de unas cien toneladas que no hace viable su correcta navegación, lo que se ha detectado cuando la nave se encuentra en la fase final de su construcción. Por esta razón, la Armada ha decidido dejar 'aparcado' la primera de las unidades, que se va a bautizar con el nombre de 'Isaac Peral' para continuar con la obra de la segunda, el 'Narciso Turiol', que al hallarse al 50% de su desarrollo, permite alargar la eslora seis metros y compensar así el exceso de peso. Después, se harán la tercera y cuarta unidades, para culminar por último el S-81. De este modo, el coste del proyecto se mantiene en 2.700 millones de euros, pero la Armada no tendrá un nuevo submarino hasta 2017, como muy pronto.