La playas de Levante y Galúa, en Cabo de Palos y La Manga, amanecieron el domingo con una visión distinta a la habitual.

La arena no estaba plagada de sombrillas, neveras y hamacas, sino de un centenar de cruces de madera y caña. Los bañistas se encontraron una imagen más propia de un cementerio que de una playa en pleno verano y esa era la intención de la plataforma 'A Desalambrar', hacer partícipes a los veraneantes de la situación que han sufrido y por la que han fallecido 20.000 inmigrantes en los últimos 25 años en el intento de llegar a las costas europeas. «

Los turistas dejen de lado por un momento las vacaciones y prestan atención al drama que viven miles de africanos que pierden la vida en el mar», comenta el colectivo.