Sin salir de la dársena del Arsenal de Cartagena y con el único apoyo de unas zodiacs y el buque Neptuno atracado en el muelle -cosas de los recortes- la Armada puso ayer de nuevo a prueba su capacidad de reacción y sus medios para rescatar un submarino hundido y liberar a sus sesenta tripulantes. El ensayo fue un éxito, aunque cabe recordar que si un sumergible se hunde a más de 575 metros no hay nada que hacer.