«Esperemos que los franceses demuestren que sus bolsillos están más sanos que los nuestros y nos ayuden a seguir aguantando la crisis». Este fue el deseo pronunciado ayer por el hostelero Alberto Hernández ante la llegada del portaviones de la Armada francesa Charles de Gaulle, que arribó ayer a la ciudad con una tripulación que ronda los 1.800 marinos y que permanecerá en Cartagena hasta el próximo jueves.

Pero no sólo Hernández espera ´sacar tajada´ de la visita francesa. Y es que, la mayoría de comerciantes y hosteleros del centro de la ciudad esperan que las ventas se vean incrementadas con la llegada de los militares. Así lo expresaba Alicia López, dependienta de una tienda de ropa: «Normalmente los franceses apenas gastan cuando vienen en los cruceros, pero éstos no sólo van a estar un día, por lo que su gasto en la ciudad debe ser mayor y se debe notar».

No obstante, no todos los comerciantes guardan grandes expectativas con la visita de los militares, que llegan a la ciudad para descansar antes de participar en unas maniobras en el Mediterráneo. Carlos Ortega, encargado de una cafetería, aseguraba que «todos los europeos tenemos nuestros bolsillos bastante fastidiados y no creo que los militares sean una excepción. Se notará algo su paso por la ciudad, pero no espero nada del otro mundo».

Establecimientos cerrados

Por su parte, muchos de los marinos se sorprendieron al encontrarse la mayoría de los establecimientos de la ciudad cerrados, al tratarse de un día festivo. Cédric, uno de los militares a bordo del De Gaulle, quedó atónito al ver una tienda de telefonía móvil cerrada en la calle Mayor.

«Esperaba comprar un móvil para llamar a mi familia en Francia», afirmaba mientras proseguía su paseo por el centro junto a otros dos compañeros. Y es que, aunque en Cartagena se constituyó una asociación de Amigos de los Cruceros, cuyos establecimientos socios abren en domingos y festivos ante la llegada de un crucero con capacidad para al menos 500 personas, las visitas militares no están contempladas, por lo que casi la totalidad de comercios del centro permanecieron cerrados durante todo el día de ayer.

Este hecho provocó que numerosos marinos optaran por alquilar un coche y buscar otras alternativas en la zona de costa o en otras ciudades del país. De hecho, las oficinas de coches de alquiler de la estación de tren aumentaron de forma significativa su oferta de vehículos ante la gran demanda de los militares, quienes también aprovecharán la estancia en Cartagena para conocer otros puntos de la geografía española.

No obstante, en la ciudad quedaron cientos de militares que recorrieron el centro y llenaron las terrazas durante el mediodía, así como a media tarde.

Es de esperar que durante la semana, con los locales en su horario habitual, el impacto de la llegada del portaviones en la economía local sea más palpable.