Lo tenían justo al lado, en la ´casa´ del vecino, pero llevaban años importándolo de fuera, de los que, ahora, se han convertido en sus adversarios. La expropiación por parte del Gobierno argentino a Repsol de su filial en el país sudamericano, YPF, ha llevado a la petrolera española a recurrir a otras fuentes para conseguir el biodiésel que necesita para la fabricación de sus combustibles. Y ha encontrado la solución a apenas unos metros de distancia.

La recientemente ampliada refinería de Escombreras se conectará mediante tuberías a su vecina Saras, propiedad del multimillonario italiano y presidente del Inter de Milán, Massimo Moratti, de la que adquirirá el biodiésel que antes importaba de Argentina, explicaron fuentes próximas a la compañía italiana.

Por su parte, desde Repsol explicaban que han llegado a un acuerdo comercial con Saras para intercambiar ciertos volúmenes de gasóleos en España (Cartagena) e Italia (Roma).

Para ello se van a construir en Cartagena dos tuberías que conecten ambas empresas, para que la refinería de Repsol suministre gasóleos a la instalación de almacenamiento que Saras tiene en Escombreras. Además, se prevé que más adelante la planta de Repsol reciba de Saras Fame (un biocombustible fabricado a partir de aceites vegetales). Estas líneas de traslado de producto se construirán en el área portuaria, que es el punto más cercano entre las infraestructuras que ambas empresas ya tienen. Así, aprovecharán las sinergias que ofrece la industria en el valle de Escombreras: infraestructura y espacios seguros para la construcción de este tipo de líneas de conexión. El uso de tuberías para el traslado de producto entre ambas plantas redunda en la seguridad, ya que en ningún momento requieren de la manipulación o exposición del mismo fuera de espacios confinados y se evita con ello aumentar el tráfico en la carretera del valle de Escombreras.

200.000 toneladas

El 15% del total de la energía que se consume en toda España. Esa es la producción que desarrolla el valle de Escombreras tras la puesta en marcha en 2008 de la empresa italiana Saras en el valle de Escombreras sobre una superficie de 28.000 metros cuadrados. Y es que, la empresa de Massimo Moratti, máximo dirigente asimismo del Inter de Milán, aporta una producción anual de 200.000 toneladas de biodiésel.

Las instalaciones están divididas en tres bloques: un edificio de procesos, donde se tratan los aceites para convertirlos en biodiésel; una zona de edificios auxiliares para el laboratorio y los vestuarios; y un parque de almacenaje para el combustible ecológico para albergar hasta 50.000 metros cúbicos de producto.