­­El tradicional «Música y a la calle» de la Llamada de este año sonó más que nunca a una frase hecha, porque muchos procesionistas prefirieron quedarse en casa el Miércoles de Ceniza en lugar de asistir al tradicional acto que marca el inicio de la Cuaresma en Cartagena. La Llamada ha dejado mal sabor de boca y cierta preocupación entre los dirigentes cofrades, que entienden que los recortes y la crisis económica hicieran que la ayuda municipal que se recoge en el cheque se rebajara a 183.060 euros, un 10% menos que en 2011, pero que no alcanzan a comprender por qué ha sido el Miércoles de Ceniza que ha congregado a menos procesionistas en muchos años.

«Ha habido menos gente que nunca», admitía el vicepresidente de la Junta de Cofradías y hermano mayor marrajo, Domingo Bastida, quien confía en que esta falta de asistencia de cofrades sea algo puntual y que no se repita en el resto de los actos de Cuaresma que tienen las hermandades.

El hermano mayor californio, Juan Carlos de la Cerra, también admite que la plaza del Ayuntamiento estaba menos llena que otros años, pero cree que no fue para tanto y, sobre todo, está convencido de que la ciudad se llenará de gente a partir del Viernes de Dolores y durante toda la Semana Santa.

Por su parte, el hermano mayor del Resucitado, Tomás Martínez Pagán reconoce que desde el balcón del Palacio Consistorial se veía bastante menos gente que en ocasiones anteriores, aunque asegura que en el caso de su cofradía, había más representación que nunca.

La participación es quizá una asignatura pendiente en muchas agrupaciones y en las cofradías, pero la escasez de cofrades en un acto como la Llamada ha encendido algunas alarmas.