El monasterio de San Ginés de la Jara no se merece el olvido al que se encuentra sometido. Este Bien de Interés Cultural (BIC) ha sufrido en los últimos años el acoso de vándalos y ladrones que han destrozado sus infraestructuras y se han llevado piezas de valor. Por este motivo, y tras la denuncia de la Asociación de Amigos del Monasterio de San Ginés, la consejería de Cultura ha solicitado al Ayuntamiento que cierre el recinto para evitar nuevos daños.

«No tenemos competencia sobre el monasterio, pero tras las denuncias que hemos recibido hemos instado al Ayuntamiento a que cierren todo aquello», destaca el director general de Bienes Culturales de la Comunidad, Francisco Giménez.

La concejala de Turismo, Carolina Palazón, señaló que el Ayuntamiento ya se ha puesto en contacto con Hansa Urbana (propietaria de los terrenos colindantes y responsable de la rehabilitación y conservación de este BIC por un acuerdo alcanzado con el Consistorio) para que adopte nuevas medidas con el objetivo de garantizar la seguridad del recinto.

«El monasterio está vallado pero los vándalos se cuelan y hay mucho expolio. Hemos instado a la empresa a que adopte medidas más seguras en el recinto. Si no cumplen, tomaremos otras medidas», destacó Carolina Palazón.

Hansa Urbana cedió el monasterio al Ayuntamiento tras el acuerdo para urbanizar los terrenos adyacentes, con el proyecto denominado Nova Cartago.

La promotora se comprometió a rehabilitar el BIC y a cederlo al Ayuntamiento en buen estado. El problema radica en que esta rehabilitación no se ha llevado a cabo porque Hansa Urbana tiene paralizada la puesta en marcha del proyecto de Novo Cartago debido a la situación económica actual.

El monasterio se encuentra rodeado por un jardín y por huertos que actualmente se encuentran completamente secos y abandonados.

Recientemente se ha creado una asociación con el objetivo de garantizar la conservación de este bien de interés cultural y su puesta en valor.

Tanto el Ayuntamiento como Hansa Urbana han presentado varias denuncias ante la Policía Local por los constantes robos y asaltos a los que es sometido el monasterio, según denunció ayer la concejala de Turismo, Carolina Palazón. El BIC cuenta con vigilancia durante algunas horas del día y las puertas de acceso se cierran con candados.