La Policía Local tiene las manos atadas en el tema de la prostitución, ya que al no ser una práctica ilegal «la única arma que nos queda es aumentar la vigilancia y las campañas de identificación para controlar la inmigración, labor que desarrollamos en coordinación con el 091 y con la Guardia Civil en la zona rural», señaló el Jefe del 092, Manuel Asensio.

La presencia policial es importante, ya que en los dos últimos años el número de mujeres que ejercen la prostitución callejera en las calles del casco histórico se ha reducido. «En 2009 llevamos a cabo 147 intervenciones de vigilancia y control de la prostitución en el casco. El año pasado hicimos 191 y en los que llevamos de año hemos hecho medio centenar. El número de intervenciones ha disminuido porque a base de insistir las tenemos controladas. Las que están en la calle son legales o han recurrido la orden de expulsión del país y están pendientes de la resolución judicial», argumentó Asensio, quien ayer participó en el Congreso Nacional sobre la legalización de la prostitución que se celebra esta semana en la ciudad y que ha sido organizado por la asociación vecinal Campus Universidad Cartagena.

Asensio destacó que en muchos casos la prostitución está asociada a numerosos delitos como trata de mujeres, inmigración ilegal, abusos a menores, violaciones, malos tratos. «Debemos intervenir en el submundo que rodea la prostitución: cuando alguien obliga a la mujer a prostituirse –proxeneta– o cobra por ello aunque no la coaccione. No hay que olvidar que, por encima de todos son personas y la mayoría de ellas son víctimas.