Gloria Poyatos Matas es una abogada, profesora en la universidad de Girona, magistrada del juzgado de Lo Social de Arrecife en Lanzarote y experta, a sus 33 años, en legislación sobre prostitución. La juez demostró, haciéndose pasar por prostituta, que era posible darse de alta como autónoma y cotizar en la Seguridad Social ejerciendo la profesión más antigua del mundo y, ayer, fue la encargada de abrir el congreso sobre esta materia que se celebra en el hotel Los Habaneros de Cartagena, donde relató su ‘experimento’ y explicó cómo lo llevó a cabo. A partir de esta experiencia, ha escrito un libro.

«Comencé los trámites pretendiendo que se me negara la legalización para poder luego impugnar como abogado, mi sorpresa fue cuando me dieron de alta como profesional del sexo». Poyatos pensó en que la protagonista de su experimento fuera una joven que ejerciera de prostituta que fuera cliente suya, pero como en ese momento no contaba con ninguna, decidió lanzarse y fingir ante los funcionarios que ella era la meretriz. Su primer movimiento fue ir a la delegación de Hacienda para pedir el alta en el Impuesto de Actividad Económica. «Tuve que decirle dos veces a la funcionaria cuál era mi supuesta profesión, porque, al principio, se quedó descolocada. Luego, buscó a su superior, quien me dijo en qué casilla del listado de actividades económicas debía inscribirme para darme de alta como trabajadora sexual», indicó Poyatos.

Teniendo ya en su poder el documento hecho por Hacienda, la falsa prostituta se dirigió a la Tesorería de la Seguridad Social para inscribirse.

«Nunca se nos ha planteado nada así», le dijo el funcionario tras enterarse de lo que pretendía la juez. El trabajador llamó a sus superiores para después decirle a la mujer que tenía delante, que si ya estaba de alta en Hacienda, se le inscribiría en la Tesorería con la profesión de trabajadora del sexo. «Lo que hice demuestra que el proceso para legalizar la prostitución existe. Las prostitutas tienen que declararse autónomas para que el dinero que mueve esta profesión deje de formar parte de la economía sumergida. La prostitución mueve más millones de euros que el negocio de la droga (unos 50 al día), únicamente es superado por el tráfico de armas», dijo.