Los ‘ingenieros de la vida’ necesitan vocaciones. Dentro de dos años no habrá suficientes ingenieros agronómicos como para cubrir las bajas de aquellos que se jubilan. El paro no existe en esta profesión cuyas salidas laborales son enormes ya que trabajan en todos los ámbitos de la cadena alimenticia, desde la producción hasta la manipulación, el transporte y la venta. Para evitar que la situación se agrave los responsables de la Escuela de Ingeniería Agronómica de la Universidad Politécnica de Cartagena y los decanos de los colegios profesionales de Ingenieros Técnicos Agrícolas y de Ingenieros Agrónomos se han unido y han creado el Foro Agroalimentario.

«Queremos generar futuro y revalorizar nuestra profesión. No podemos consentir que las aulas de Agrónomos estén vacias. Por eso nace este foro. Teníamos la obligación moral de unirnos y de hacer algo», explica Guillermo Molina, presidente del colegio de Ingenieros Técnicos Agrícolas.

Desde este nuevo foro se trasmitirá a la sociedad la importancia de los ingenieros agrícolas. «Queremos aunar en uno la voz del ingeniero agrónomo para valorizar la profesión. Tenemos un gran abanico de competencias. Construimos, diseñamos, planificamos, gestionamos recursos hídricos y medio ambientales. Estamos en toda la cadena alimentaria. Sin embargo, los jóvenes tienen la imagen de que sólotrabajamos en el campo y eso no es cierto», explica Alejandro Pérez Pastor, director de la Escuela de Ingeniería Agronómica de la UPCT.

El diez por ciento del Producto Interior Bruto de la Región procede de las industrias agroalimentarias. En Murcia se encuentra la segundaempresa conservera de cárnicas de España y la primera de producción de albaricoques. «Tenemos una agricultura importantísima. Murcia es laprimera región mundial en el manejo de riego y de nutrientes, por encima de Israel. De hecho, de otros países buscan a ingenieros formados aquí por su gran especialización. Producimos y exportamos tecnología a todo el mundo», destaca el director de Agrónomos.

Sin embargo, los conocimientos de inglés de muchos ingenieros dejan mucho que desear y solucionar esta situación es otro de los objetivos que se ha marcado el recién creado foro agroalimentario. La Escuela de Ingeniería Agronómica ha reforzado la docencia en inglés y de hecho un treinta por ciento de sus asignaturas se pueden cursar en este idioma. A eso se unen los más de cuarenta acuerdos para que sus estudiantes puedan cursar becas Erasmus en el extranjero y la posibilidad de que hagan prácticas en más de cien empresas de la Región.

Pero no todo son nuevos alumnos, a los creadores de este foro también les preocupan los profesionales en activo y por eso van a trabajar en la especialización de los egresados.

«En la escuela ya ofrecemos dos master, uno que tiene un gran éxito entre los técnicos de iberoamérica y otro que tiene la mención de calidad del ministerio», explica Alejandro Pérez Pastor.

Desde el foro también se hará hincapié en otros cursos de formación para que los profesionales del sector estén al día en las últimas novedades del mismo.

«Los ingenieros agrónomos somos muy transparentes. Los agricultores se caracterizan por su trabajo callado y sufrido y a nosotros se nos ha contagiado algo de eso. Pero no podemos olvidar que vivimos en una sociedad agrícola. La gente tiene la mala costumbre de comer y por eso los ingenieros agrícolas somos necesarios. La agricultura es el colchón económico de la REgión y a la gente se le olvida. Debemos decir muy alto que es muy peligrosa la situación actual, en la que importamos más productos alimenticios de los que exportamos. Eso es algo que se debe cambiar. Estamos jugando con fuego y no nos lo podemos permitir», señala Juan Carlos Fernández, director del Colegio de Agrónomos.

Pero no todo es potenciar la profesión, mejorar el manejo de inglés y la formación de los ya titulados. A los responsables del foro también les preocupa el dar voz a los ingenieros agrónomos en temas de interés general como la seguridad alimentaria o el futuro del abastecimiento. «Cuando se produjo la crisis de los pepinos no hubo una única voz que defendiera nuestros productos y eso es lo que queremos solucionar», precisa Alejandro Pérez Pastor.