La empresa Sato, del grupo Villar Mir, está interesada en acometer el proyecto de construcción de una dársena deportiva con más de seiscientos puntos de amarre en La Curra, en el lado opuesto al muelle militar. La concesión de esta obra correspondió a la UTE formada por Interesa y Marina de Formentera, pero la crisis económica y la tardanza en conseguir la declaración de impacto ambiental le han impedido llevarla a cabo. El plazo para iniciar la construcción se agotó el pasado 3 de agosto, pero la Autoridad Portuaria le ha concedido a los concesionarios una prórroga de tres meses después de que presentarán una carta solicitándola. Además, en el escrito añadían que la empresa Santo estaba interesada en comprar la concesión. El presidente del Puerto, Adrián Ángel Viudes, explicó que esta fórmula es legal, aunque advirtió de que tienen hasta el 3 de noviembre para llegar a un acuerdo. De lo contrario, rescatarán la concesión. A. T.