Los restos arqueológicos del Molinete no se sumarán a la oferta turística y cultural de Cartagena este verano, en contra de lo que tenían previsto el consorcio Cartagena Puerto de Culturas y el Ayuntamiento. Dificultades arqueológicas y en el suministro de materiales han hecho imposible que la cubierta del yacimiento estuviera lista a tiempo.

«El material con el que se cubrirá la cubierta es único y sólo se hace en una fábrica española. Ha habido ciertos retrasos en el suministro, lo que ha retrasado la obra», explicó a esta redacción la concejala de Cultura del Ayuntamiento, Rosario Montero.

A estos problemas se han sumado ciertas dificultades arqueológicas, según añadió la gerente del consorcio Cartagena Puerto de Culturas, Agustina Martínez. «Había que poner los apoyos para la cubierta donde no se hiciera daño a los restos arqueológicos y eso ha provocado también ciertos retrasos», precisó.

Los trabajos de instalación de la cubierta se prolongarán durante todo el verano y posteriormente, en septiembre, se llevará a cabo la puesta en valor de los restos arqueológicos.

«Las excavaciones ya están hechas, pero los restos se han cubierto de arena para no dañarlos y ahora hay que descubrirlos y ponerlos en valor», explicó un portavoz municipal.

Puerto de Culturas y el Ayuntamiento no dan una nueva fecha para la apertura de este yacimiento. «Lo importante es hacer bien el trabajo, con independencia de lo que se tarde», dijo Agustina Martínez.

La instalación de la cubierta de los restos arqueológicos del Molinete tiene un presupuesto de 1.360.985 euros.

Este yacimiento ocupa una superficie de 2.500 metros cuadrados en los que se han encontrado dos grandes edificaciones de época romana; unas termas públicas con una gran palestra, y un gran templo o escola, ya que se trata de un edificio articulado en torno a un gran atrio.

La cubierta será traslúcida, con lo que durante el día los restos se podrán contemplar con luz natural, mientras que de noche se iluminará la cubierta con luz artificial. El proyecto es obra del arquitecto Andrés Cánovas.