El presidente de Repsol YPF, Antonio Brufau, ha presentado la ampliación de la refinería de Cartagena como un ejemplo de la «actitud» de la compañía frente a la crisis económica y al aumento del paro, después de recordar que hace varios años la petrolera tuvo que elegir entre cerrarla o ampliarla, y se decantó por la segunda opción.

«Se ven noticias malas sobre que el paro aumenta. Esta casa tomó una decisión hace tres años en Cartagena, que era la peor refinería de Europa, la de peor calidad y menor valor añadido», afirmó, antes de señalar que la planta daba trabajo directo a unos 750 trabajadores. Repsol tenía «la opción de cerrar y pasar a los trabajadores a una situación de desprotección o incrementar al doble su capacidad y ponerla al mejor nivel de Europa», aseguró Brufau, quien recordó que las inversiones en Cartagena han ascendido a 3.250 millones y han permitido crear un complejo «único». A cierre de 2010, Repsol empleaba a 43.298 personas, de las que el 46%, o 19.917, trabajan en España. Este país, junto a Argentina, que concentra el 37% de la fuerza laboral, son los dos con mayor plantilla del grupo. El presidente de Repsol también se mostró dispuesto a ponerse «al frente» de las prácticas de apoyo a los accionistas minoritarios una vez se aprueben todos los desarrollos normativos pendientes. Los cerca de 450.000 accionistas particulares de la petrolera aglutinan un 10% del capital.

En cuanto al gasoducto Medgaz entre Argelia y España, mostró su confianza en que sirva para mejorar la eficiencia y competencia en el mercado, lo que permitirá a las instalaciones de Repsol nutrirse de «un gas más barato». Brufau mostró además su deseo de que ocurra «lo mejor para los libios y que el país disfrute de paz y estabilidad». Repsol obtenía en Libia antes de suspender las operaciones cerca de 40.000 barriles al día, equivalentes al 11% de su producción.