Las protestas proliferaron ayer en el nuevo hospital de Santa Lucía. Primero fueron los sindicatos y vecinos por el cobro del aparcamiento y, después, una quincena de empleados del servicio de limpieza para expresar su rechazo al despido de cuatro trabajadores en los últimos tres meses.

Con una pancarta en la que se podía leer: «No a la complicidad de la consejera de Sanidad. No a los despidos», los manifestantes expresaron su malestar con la empresa Limcamar, responsable del servicio de limpieza.

Tres de los afectados presentes en la protesta indicaron que fueron echados de su trabajo por «bajo rendimiento, pero nadie nos advirtió ni se quejó de nuestro trabajo con anterioridad. En mi carta de despido pone que es improcedente», señaló una de ellas.

El jefe de Recursos Humanos de Limcamar, Juan Ros, explicó que la empresa asumió a 29 trabajadores del Naval que se unieron a la plantilla formada por unas 80 personas, aunque la previsión de la empresa es llegar a los 150 trabajadores. «Estas cuatro personas han sido despedidas porque no se han adaptado bien a su trabajo».

Ros explicó que «la forma de gestionar el servicio en el nuevo hospital es diferente, ya que está basada en criterios de calidad. Se les indemnizó conforme al Estatuto de los Trabajadores y no va a haber más despidos», añadió.