No son los responsables de la oleada de protestas ciudadanas en numerosos países del Magreb y de Oriente Medio y Próximo, pero están dispuesto a aprovechar las circunstancias, cualquier fallo, cualquier vacío de poder, para tomar las riendas. Se trata de los islamistas radicales, que están a la expectativa en países como Egipto. Túnez, Libia, Bahrein o el propio Marruecos. Este es al menos el análisis de Gustavo Manuel de Arístegui portavoz de la comisión de Exteriores del grupo popular en el Congreso de los Diputados y diplomático, que ayer inauguró el ciclo de conferencias sobre Oriente Medio organizado por la Universidad Politécnica, la Asamblea Regional y Cajamurcia.

De Arístegui precisó que, pese a que las circunstancias sociales y políticas de casa uno de los países en los que se están produciendo revueltas ciudadanas son muy distintas, sí hay un denominador común entre todas ellas, que es el clamor por «la dignidad, la democracia y la libertad» de los pueblos.

El político popular reprochó a la responsable de Exteriores de la UE, Catherine Ashton, su papel ante el escenario que se está produciendo en países como en Libia, donde en apenas unos días se están produciendo más muertes que en todo el proceso por el que ha atravesado Egipto en las últimas semanas. En este sentido, destacó la necesidad de promover la estabilidad en la región dada su cercanía con Europa. Es la situación en este país la que más preocupa a De Arístegui, quien recordó que sus habitantes viven desde hace 43 años bajo un régimen dictatorial. También criticó la actitud de Irán ante este escenario, ya que mientras que por una parte alienta las revueltas en países como

Bahrein, por otra reprime con brutalidad extrema las protestas internas.

El ciclo que se inauguró ayer contará con la presencia de los embajadores de Palestina, Israel, Egipto y Jordania, entre otros invitados.