Era la crónica de una muerte anunciada. La empresa española de construcción naval Navantia y la francesa DCNS han roto el consorcio para construir submarinos de la clase ´Scorpene´ que les permitió acceder a un contrato para entregar dos de estos buques a la Armada de Malasia. De esta manera, los franceses se dedicarán en exclusiva a este tipo de sumergibles, mientras que los astilleros españoles harán los S-80.

Así se pone punto y final al conflicto que mantenían las dos empresas desde el 4 de mayo de 2009, cuando DCNS presentó una denuncia por plagio contra Navantia al considerar que copió elementos del submarino ´Scorpene´, fabricado conjuntamente por ambas sociedades, para desarrollar el S-80, si bien lo que más enfadó a los franceses fue la decisión de Madrid de equipar su sumergible con material defensivo de la estadounidense Lockheed Martin en lugar de elegir la tecnología francesa, así como que que Navantia optase con su S-80 a algunas subastas a las que también aspiraba el submarino galo, informa Europa Press.

Tras la denuncia, el 5 de noviembre del mismo año Navantia entregó a la Armada de Malasia, en el astillero de Cartagena, el segundo de los sumergibles tipo ´Scorpene´ construidos con el astillero francés, cuyo importe rondaba los 900 millones de euros.

El acuerdo entre ambas empresas, hecho público ayer a través de una escueta nota de prensa, pone fin a la colaboración de ambas compañías, que desde hace una década han fabricado conjuntamente los ´Scorpene´ para países como Chile, India, Malasia o Brasil.

En concreto, el comunicado señala que «se va a poner fin al proceso de arbitraje abierto y desde ahora en adelante los submarinos ´Scorpene´ serán fabricados y comercializados por DCNS y de igual manera, los submarinos S-80 serán fabricados y comercializados por Navantia».

Navantia es una sociedad pública dedicada a la construcción naval militar creada en el año 2005 como resultado de la segregación de los activos militares del grupo IZAR, que a su vez sustituyó a la antigua Bazán.