Domingo García es gerente del restaurante Miramar y también está muy molesto con la decisión de cerrar al tráfico la carretera que hay junto a la iglesia para la instalación del mercado. «Nos quitan el único pulmón de parking que tiene todo el pueblo. Si no se deja el coche ahí, no hay otras opciones. Vamos a perder muchos clientes porque no tienen donde dejar sus vehículos», señala. Para este hostelero la falta de servicios y de aparcamientos es uno de los principales problemas que sufre Cabo de Palos, que es uno de los principales focos turísticos de Cartagena.

«Esto es tercermundista. Tenemos cero en servicios y encima nos quitan los pocos aparcamientos que hay disponibles», se queja. Domingo Martínez reconoce que este año están teniendo más clientes que en otras ocasiones, pero matiza que gastan menos. «La crisis se nota en que todo el mundo se aprieta el bolsillo. En ese sentido, este año está siendo más flojo. Esta semana siempre es la más fuerte del verano y ahora llegan y nos hacen esto. Además, con la crisis hay mucha gente que no está en la playa y que viene de ciudades cercanas. Ese público no podrá llegar porque no tendrán que dejar el coche. Llegarán hasta la rotonda, verán como está la cosa y se darán media vuelta. Nosotros pagaremos el pato», asegura.