La peatonalización de las principales calles del centro urbano de Cartagena ya está teniendo los efectos previstos. De pasar a ser calles fantasma a partir de las ocho y media de la tarde, las Calles del Carmen y Santa Florentina han empezado a presentar un aspecto desconocido para muchos gracias a la proliferación de terrazas instaladas tanto por establecimientos que ya existían antes de las obras de peatonalización como por nuevos locales, que han contribuido al resurgir de la zona en los últimos meses.

Y es que la hostelería es uno de los sectores que menos dificultades se están encontrando para capear la crisis económica a juzgar por la apuesta de muchos empresarios por este tipo de negocios y por la gran afluencia de público que registran todos los fines de semana y, en algunas zonas, incluso a diario.

Uno de los establecimientos pioneros en montar una terraza en la calle del Carmen tras la peatonalización fue el Café di Roma, uno de los más atractivos para los turistas que visitan la ciudad. Después, en la calle Sagasta, paralela a la del Carmen, abrió sus puertas el mesón Don Paco, que también cuenta con terraza. A continuación, el BdB ocupó el último tramo de la calle del Carmen casi en la esquina con la calle Santa Florentina, y en esta última vía, establecimientos ya consolidados, como El Sitio, aprovecharon también el impulso de la zona para montar su propia terraza. En la misma calle conviven La Tapa del Loro, también abierto recientemente justo a Cafés Celdrán. Unos metros más adelante, Cafés Cavite y la cafetería Santa Florentina también se han beneficiado de la peatonalización de la calle.

La última apertura en el eje Santa Florentina-Carmen ha sido la del Descanso del Ícue, un amplio establecimiento que, por el momento, no ha montado terraza.

Otros restaurantes próximos a esta zona, como La Tartana, en Puerta de Murcia, han apostado fuerte por la revitalización del centro y en su día ya instalaron terraza, que han ampliado y mejorado y que también registra una gran afluencia de público.

A la zona antes citada hay que añadir la Alameda de San Antón, donde no sólo se han reactivado establecimientos hosteleros que ya habían abierto sus puertas hace muchos años, sino que también está acogiendo la apertura de bares de copas en las calles perpendiculares.