Utilizando metafóricamente el símil del automóvil, como algo que ha sustituido en el último siglo al desplazamiento o la carrera, vamos a entrar a analizar lo que está sucediendo a una gran mayoría de runners que arrancan a correr como si fuera lo más normal y natural.

Runner ´kilómetro cero´: dejando de lado la mayor predisposición hacia la carrera o hacia el éxito o mejor rendimiento que cada uno tiene, el comúnmente y mal extendido pensamiento que correr es un deporte fácil y que no necesita mayor preparación que la fuerza de voluntad, comprarse unas zapatillas y empezar, ha dejado a más de un pretendido runner ´fuera de combate´ y con las zapatillas prácticamente vírgenes tras haberlas estrenado, al menos las podría vender tipo ´kilómetro cero´. El no saber el estado del vehículo, el peso máximo de carga permitido, el no realizar la puesta a punto del mismo o el pensar que puede ir por todos los caminos, son las características comunes de este runner que quizás por quedarse en "cero kilómetros" tenga más suerte que el siguiente tipo de corredor.

Runner ´segunda mano´: hay otros runners que han empezado muy emocionados, se han equipado a tope con sus mallas y camisetas fluorescentes, zapatillas gama media- alta que algún vendedor titulado en podología les ha aconsejado, medias compresivas con efectos milagrosos y ´hala´ a correr se ha dicho y muchas veces a competir más que entrenar y cuanto más, mejor, venga y cada fin de semana, y de repente, como dice mi hija pequeña, ´zasca´, frenazo y al taller de chapa y pintura de algún fisioterapeuta que le han recomendado. Si hay algo bueno del running, es la cantidad de trabajo que está proporcionando al gremio de la fisioterapia y que, gracias a esta actividad física, más de uno ha conocido o visitado por primera vez al ´fisio´, como comúnmente lo denominan los deportistas, con mucho respeto y cariño a un sector que tanto nos aporta. Lo bueno sería que todo quedase en chapa y pintura, pero me temo que en muchas ocasiones este tipo de runner acaba desgraciadamente en la ´bancada´ de algún traumatólogo por rotura de tendón, daño articular importante o desgaste irreversible y en el peor de los casos con daño en el motor que tiene que ser revisado por algún cardiólogo. El mercado de segunda mano es lo que tiene, a veces los coches salen malos, ¿no?

Runner de ´renting´: este tipo de corredor, se inicia como el anterior, tiene más suerte, tiene más condiciones físicas, ha hecho otros deportes antes, al ser de ´renting´ se ve que el modelo es mejor y le pone más extras al vehículo, zapatillas Premium de más de 100€, ya estas no se las suele recomendar el vendedor, sino algún corredor afamado de su entorno, como decían en la película Airbag, ´un profesional´, al menos ´supuesto´ por el entorno del running conocido, o mejor aún, se compra las que lleva un famoso atleta o triatleta profesional, y en el apartado de tecnología comienza a aparecer la NASA, con la compra de GPS, pulsómetros y demás. Pero, como es de renting y el coche no es suyo, empieza a apretarle sin miedo, a ´darle zapatilla´, a meterse por terrenos más duros, a hurgar en internet o coger un preparador para que truque el vehículo y que pueda hacer más kilómetros y más rápido, a competir sin miedo y ´sin perdón´ y a meterle todo tipo de aditivos al combustible (geles energéticos galácticos, barritas atómicas, etc.) a pesar de gripar en más de una ocasión durante o antes ni si quiera de empezar la carrera. A los problemas del corredor anterior se le suman a este runner mayores riesgos de sufrir daños de motor, con algún susto que, si es grave, desgraciadamente puede acabar con el vehículo en el desguace para siempre.

Runner ´vehículo propio´: denominamos en este grupo a aquellos runners más avezados que siendo dueños de su vehículo le ponen más empeño, digamos que lo cuidan más, pero se van animando y tras creer entrenar más y mejor quieren subir un escalón en sus prestaciones, y finalmente, pensando que han comprado un vehículo mejor del que tienen, se animan a experimentar, a realizar preparaciones y pruebas de coches de competición si serlo, sin tener los mismos mecánicos, ni talleres, ni repuestos, ni descansos programados, pero ellos se ciegan en su adicción a bajar el ritmo del kilómetro (del sagrado ´mil´). Algunos se compran hasta neumáticos lisos y con sus slicks casi o totalmente descalzos ´a competir´, otros inclusive se plantean retos en condiciones de altitud, las 24 horas de Lemans, subida a Alpe D´Huez, la vuelta al mundo de Willy Fog, o como se dice coloquialmente en Murcia ´lo que haga falta´. En fin, cualquier tipo de ocurrencia que supere la anterior y que, ya que tienen su propio vehículo, ¿por qué no van a poder hacerlo o intentarlo? Estas aventuras suelen acabar desde un simple pinchazo de ruedas hasta meses de taller por roturas de suspensión, ejes, cárter o palier, entre otras, pero no os preocupéis que en cuanto le sea posible, este runner se lanza de nuevo a la carretera como sea, recauchutado, con recambios de segunda mano, uniendo piezas con cinta americana, da igual, hay que amortizar lo más posible la compra del vehículo.

Podríamos seguir enumerando más tipos de runners, ya que nuevos inventos no dejan de surgir y de tener adeptos, bien sea para ver vehículos que corren de espaldas, sin ruedas como hemos visto o con ruedas elevadas, correr 42 kilómetros cada día, o un sinfín de ocurrencias que vemos surgir a cada momento.

Terminando con las cuatro ruedas y pasando a los dos pies, en esta reflexión fruto de mi humilde experiencia en el ámbito profesional del deporte y del atletismo en concreto, me gustaría trasladar siempre que correr es gratificante, puede ser sano y que la mayoría que quiera ser runner y disfrutar de la carrera mucho tiempo, lo puede conseguir con los riesgos justos y controlados en la medida de lo posible.