Las aceras del Cabezo parecían más estrechas que nunca. Atravesar la Avenida de Murcia se antojaba misión imposible ante tamaña acumulación de personas. Un bordillo, una barandilla, una farola, etc. Cualquier sitio era bueno para sentarse o apoyar la espalda; eso si no habías sido madrugador para plantar tu silla en la calle o tenías un asiento reservado (o grada) en la curva con la Plaza de la Iglesia, sin lugar a dudas el espacio mas concurrido de todo el recorrido.

Y es que Cabezo de Torres se volcó con su primer Desfile de Carnaval. Tampoco es algo nuevo. La pedanía murciana se vuelca cada año en el recibimiento de don Carnal y doña Cuaresma y, esta vez, tampoco defraudó. Allá por donde pasaba la carroza del rey y la reina del Carnaval 2016, la localidad se contagiaba del espíritu alegre de estas fiestas.

La batukada D'Akoran era la encargada de escoltar a sus majestades festeras en esta marcha, mientras que un numeroso elenco de comparsas les seguían en su esperada puesta de largo. Era el día de poner en escena los disfraces y las coreografías que tantas horas había costado interiorizar; bueno, a unos más que a otros. Y es que los primeros grupos mostraron gran sintonía con la música, pero cuanto más tiempo pasaban en la casilla de salida -a la entrada del pueblo-, más apretaban las ganas de fiesta sin orden y concierto, desatando en el último tramo de circuito el Carnaval en todo su esplendor.

Fiesta en la calle, 'chupetas' de mano en mano y canciones que se mezclaban entre los equipos de sonido de las comparsas que les precedían. Y, claro está, mucho humor. Un grupo de troveros poco ortodoxos, un ejército de Raphaeles -grandes y pequeños- cantando Mi gran noche en bucle, un coro de lolitas bailando sobre mesas de noche con un tema para la ocasión al más puro estilo chirigotas y hasta una 'piscina' para el equipo español de natación sincronizada, que ni nadaban, ni estaban sincronizados, pero había que verlos. Aunque las que más carcajadas arrancaron al público fueron las parodias de dos programas de televisión: una suerte de Cambio Radical -transformaciones y presentador incluidos- y un pequeño Grand Prix que realizó la prueba de 'Las Manos' por las calles del Cabezo.

Y entre carrozas, camionetas e, incluso, tractores, apareció el autobús turístico de la capital, el Murcia City Tour, que por un día olvidó sus labores de promoción de la ciudad para llevar a la pedanía a un grupo de 'guiris' con sospechoso acento murciano.

Y todos ellos llevaban un camino: la carpa de Carnaval, para continuar la fiesta durante la noche. Y lo que queda, porque hoy, a las cuatro y media, y mañana, a la misma hora, volverán a salir las comparsas a festejar la llegada de don Carnal y doña Cuaresma.