Pertenece a la comparsa Armonía, la más longeva del Carnaval, desde hace ocho años, aunque antes participó como integrante del grupo de baile de Mari Carmen Baños. Estefanía Gómez cumple un sueño enfundándose el traje de Doña Cuaresma.

¿Qué supone para usted ser Doña Cuaresma y representar al Carnaval?

Cuando me llamaron para decírmelo estaba trabajando en Londres. Me hizo mucha ilusión. Siempre he pensado que si te gusta el Carnaval tienes que querer representar a alguno de sus protagonistas.

¿Ha sido difícil prepararse para el papel? ¿Se identifica con el personaje?

En mi caso ha sido muy complicado porque como estaba trabajando fuera he tenido menos tiempo para diseñar los trajes o prepararme los guiones. En diciembre regresé y no he parado desde entonces. Ha sido un poco agobiante, la verdad. Además, no me parezco en nada a Doña Cuaresma. Ella es recatada, tristona, muy seria; mientras que yo soy alegre y 100% carnavalera.

¿Qué es lo que más destacaría del Carnaval de Cartagena?

El trabajo de las comparsas y chirigotas durante todo el año para salir con sus trajes, que cada año son más creativos y espectaculares. Además, el Carnaval te permite salir un poco de la rutina. Nuestras fiestas se basan más en Brasil y sus colores que en Venecia, con su tradición.

¿Qué echa en falta?

Quizá que en la recogida de los premios, el último día, también haya un desfile para que se vuelvan a lucir los trajes. Es mucho el trabajo que suponen para lucirlos sólo en el desfile general. La verdad es que es una pena. También creo que deberíamos darle más importancia al Carnaval. A mi me gustan todas las fiestas de Cartagena, pero como el Carnaval no hay ninguna.

Y se aspira al Interés Turístico Nacional...

Espero que se consiga. Tengo amigos en Londres o París que cuando ven las fotos de nuestro Carnaval se asombran, se quedan boquiabiertos. 'No puede ser allí', me dicen... Nuestro Carnaval es único.