El oso polar, en su día un símbolo publicitario navideño gracias a una popular marca de refrescos, muestra a día de hoy una de las caras más amargas y descorazonadoras del mundo animal. El calentamiento global está haciendo estragos en el modo de vida de este mamífero. Los osos, custodios de las regiones polares, se están quedando año a año con menos espacio para vivir y cazar debido al deshielo.

El fotógrafo y biólogo canadiense Paul Nicklen, experto en retratar el mundo animal en los casquetes polares, hace tan solo tres días, encontró junto a su equipo en la Isla de Baffin, en el ártico canadiense, la oportunidad de retratar la cruda realidad del oso polar en la actualidad. El enorme mamífero no mostraba el porte majestuoso y feroz habitual. El oso blanco estaba al borde de la muerte.

"Todo mi equipo de Sea Legacy estaba conmocionado entre lágrimas y emociones mientras filmaba a este oso polar moribundo. Es una escena aplastante que todavía me atormenta, pero sé que debemos compartir lo bello y lo desgarrador si vamos a derribar las paredes de la apatía". Comentaba Nicklen en una publicación de Instagram que ya ha llegado a más de un millón de personas. "Así es como se ve el hambre. Los músculos se atrofian. Sin energía. Es una muerte lenta y dolorosa. Cuando los científicos dicen que los osos polares se extinguirán en los próximos 100 años, pienso en la población mundial de 25.000 osos muriendo de esta manera. No hubo salvación para este oso", denunció el fotógrafo.

Paul Nicklen, como testigo de la imposibilidad de la supervivencia de ese oso polar, hizo un llamamiento: "La simple verdad es esta: si la Tierra continúa calentándose, perderemos ecosistemas polares enteros. Este gran oso macho no era viejo, y murió a las pocas horas de este momento. Pero hay soluciones. Debemos reducir nuestra huella de carbono, comer la comida adecuada, dejar de talar nuestros bosques y poner a la Tierra como lo primero", concluye.