Sorpresa la que se llevaron los agentes de la Guardia Civil cuando dieron el alto a un ciclista que iba haciendo eses por la carretera nacional en Villaviciosa (Asturias). El hombre, de 31 años y vecino del municipio, llevaba dos botellas de vino, de litro y medio, colgadas de la bici. Ni corto ni perezoso, confesó a los agentes que la bebida era para "para la sed" en el largo trayecto que tenía por delante.

Los agentes de Tráfico denunciaron al hombre por superar la tasa de alcohol permitida para circular en bici por una vía pública. El hombre duplicó los límites establecidos. La prueba se realizó en un punto de verificación de alcoholemia establecido por la Guardia Civil, en el punto kilométrico 39,200 de la carretera nacional de Santander (N-632), perteneciente al municipio de Villaviciosa.

Al ciclista se le vio venir, pues los agentes observaron, según se acercaba, "que circulaba por la parte interna del carril derecho en el sentido de la vía, aproximándose peligrosamente hacia el carril izquierdo, cuando debería circular por el arcén de la carretera". Otros conductores alertaron a los agentes del peligro que suponía. Al pararlo, descubrieron las botellas de vino colgadas. Y sometido a las pruebas de alcoholemia, arrojó 0,51 y 0,48 miligramos por litro de aire espirado (lo permitido son 0,25).

Desde la Guardia Civil se recuerda que es incompatible conducir vehículos, ya sean turismos, de tracción animal, bicicletas, ciclomotores y vehículos para personas de movilidad reducida, superando las tasas de alcoholemia legalmente establecidas o bajo la presencia de drogas en el organismo. Ambos factores influyen en la conducción, generando situaciones de peligro. Nuestra seguridad y el resto de los usuarios de las vías debe ser la principal premisa de cualquier conductor, no siendo el alcohol ni las drogas los mejores amigos para ello.