“Primus inter pares” (El primero entre iguales). En la Edad Media, los reyes solían serlo con respecto de la nobleza. “Los caballeros de la mesa redonda” del rey Arturo, es la mejor manera de verlo.
No soy más que tú, pero tampoco menos.
Mi bisabuela Gertrudis pertenecía a una casa de hidalgos, por casarse por amor con un guarda jurado, fue repudiada y desheredada por su padre. Para mí fue entonces cuando empezó a ser noble. Aunque solo sea una gota, llevo sangre de hidalgos castellanos. Si a eso vamos…
Para que haya respeto, este, tiene que ser mutuo.
“No hay mayor desprecio que no hacer aprecio”; que reza el dicho.
Estoy de mesías y salvapatrias hasta los mismísimos cojones.
Si llamo a alguien hijoputa, de inmediato van a decir de mí que soy como poco un mal hablado. Seré censurado porque esas cosas no se dicen. Pero…
Si ese alguien se permite el lujo de mirarme por encima del hombro, no está censurado. Si hijoputa es un insulto, lo otro que es peor, es una actitud insultante. Las cosas, como son. Con un lenguaje florido, te pueden decir hijoputa sin decirlo expresamente.
No voy a respetar a quien no me respeta.
He perdonado a mi hermano más de 490 veces que es lo que mandó Jesús de Nazaret. Tengo el cupo hecho.
Cuando muchos de los políticos de nueva hornada apenas si gateaban, yo ya sufría acoso laboral por mi sindicalismo activo. Lecciones, las justas; lo mío son hechos además de palabras.
Soy de la casta de orgullosos jornaleros.
Cuando en 2003 fiché por IU, un amigo de la derecha me preguntó que desde cuándo era yo comunista; le contesté: “¿Acaso cuando trabajaba en Cáritas hacía otra cosa?”.
“No te ensanches verdolaga que no es tan grande el bancal”; que decimos por mi tierra.
La igualdad es algo más que una palabra dicha en una arenga/mitin. La igualdad se demuestra con hechos a diario. Ni encumbrar al grande ni despreciar al pequeño. Le pongo el don delante a los nombres cuando reconozco en esa persona su grandeza; don Antonio Machado, siempre llevará el don delante. Don Manuel Azaña, también.
Equivocado o no, tengo mi verdad; que es la mía, la que me he labrado barajando verdades. Soy un converso que a decir de muchos, somos los peores. Aunque tardíamente, he abrazado al marxismo; de ahí parte mi verdad. Como lo que pretendo es la verdad reflexiva, no he tratado de inculcar a mis hijos mi verdad, se han educado en libertad; que barajando verdades, encuentren la suya. Lo que sí les he inculcado, ha sido la honestidad; la integridad, también.