No se lo van ustedes a creer pero algunos concejales del ayuntamiento de Murcia saben leer. Ahora que Evo Morales se destaca como poco aficionado a la lectura (igual que Bush jr.) conviene destacar esta destreza entre los camaradas ediles.
En el pasado Pleno municipal volvimos a la carga con la situación vergonzosa de la Escuela Infantil La Paz, derribada por orden del equipo de gobierno hace siete años y en la actualidad desempeñando sus funciones sobre aulas prefabricadas "provisionales" en un solar de la avenida Juana Jugan.
IU-Verdes propuso ubicar las instalaciones en la sede del colegio público La Paz, con aulas y espacio de sobra para dar un servicio digno. La propuesta no es ninguna locura, creemos, y puede darle vida al colegio.
Aunque no lo entiendan, el grupo municipal del PP se negó a apoyar la moción. Pero no fue eso lo más gracioso del momento sino los argumentos esgrimidos por la concejala de Educación, doña Lola Sánchez.
Según la señora Sánchez, la escuela infantil La Paz ofrece en la actualidad un servicio óptimo a las familias usuarias. No dijo si mejor que en su ubicación original. Y el segundo argumento consistió en asegurar que la ubicación definitiva de esa escuela dependerá del proyecto de rehabilitación del barrio La Paz y de los plazos de ejecución del mismo.
En el debate que la señora concejal no quiso entablar conmigo se dedicó a repetirme por tres veces estos dos argumentos, a base de leer el folio que llevaba en la mano.
Es decir, no estoy sordo y mi capacidad de compresión se mantiene en niveles aceptables.
Lo que no sé es si la señora Sánchez es consciente de ser responsable de un servicio público y de haber admitido en Pleno municipal que ese servicio público y la instalación que lo sustenta están condicionados y precarizados por el interés de un particular y su negocio privado.
La jueza que acaba de decretar que el traslado y derribo de esta escuela infantil municipal no es "injusto" debería explicarnos un poco más sobre el tema, porque se queda uno helado. Pero no sordo.