Qué codos tan feos tiene esta mujer. Para mÃ, los codos siempre han sido un tema muy importante. En La Montaña mágica, hay un maravilloso monólogo dedicado al cuerpo humano en el que Thomas Mann habla de los codos de la mujer diciendo cosas sobre su juntura y el aceite que segrega el cuerpo para que se produzca el movimiento que yo nunca he olvidado. Observen, además, que el derecho lo tiene rugoso y oscurecido, y los hoyuelos del izquierdo son una verdadera caca que es capaz de bajarle la lÃbido al más pintado.
Tampoco me gustan nada los guantes. Son muy cortos. Unos guantes negros de raso deben llegar hasta más arriba del codo – mira, asà se los taparÃa – como quedó claro cuando Rita Hayworth se quitó uno en Gilda montando la marimorena en todo el mundo católico porque aquello parecÃa un striptease como un monumento.
Cuando pusieron la pelÃcula en España, yo fui a verla y flipé en colores al ver aquella mujer que parecÃa que iba a desnudarse de un momento a otro.
En cuanto al peinado, es que lo veo horroroso, todo ahà repelado para arriba con ese remate en forma de moño que resulta hasta repugnante. ¿Y la palmerita del final? Por Dios, que cosa más cursi de palmerita. Parece que se hubiera puesto una brocha vieja en todo lo alto.
En cuanto a las perlas, pues que son muchas. Grace Kelly siempre llevaba collares de perlas, pero de una vuelta, lo más dos, y estaba preciosa. La mujer de Franco a veces se ponÃa collares de perlas de muchas vueltas, que creo se compraba en las joyerÃas y luego no los pagaba, y por eso el pueblo la llamaba ‘Carmen Collares’, eso sÃ, sin que ella lo oyera por si a alguno le costaba un fusilamiento.
Total, que so sé qué tiene esta mujer para ser la portada de una revista.