La Asociación Española de Pacientes de Vitíligo (ASPAVIT) asegura que en España hay unas 900.000 personas con esta enfermedad cutánea, caracterizada por problemas de pigmentación de la piel y la aparición de manchas blancas, pero hasta el 90 por ciento no reciben tratamiento.

Desde esta asociación denuncian que este trastorno no es contagioso ni hace daño pero "con frecuencia afecta al estado emocional del paciente por la complejidad de su tratamiento y sus consecuencias sociales".

"Muchas veces los pacientes sufren soledad, aislamiento, acoso y 'bullying', problemas laborales, relacionales y de pareja. En ocasiones con desequilibrios psicológicos personales, debido al desconocimiento de la población sobre esta enfermedad", ha destacado la asociación en un comunicado.

En este sentido, el presidente de ASPAVIT, Luis Ponce de León, reconoce que en el momento del diagnóstico "es fundamental asumir la enfermedad, buscar apoyo psicológico en caso necesario, seguir el tratamiento bajo prescripción médica y ser constante en su cumplimiento".

El problema, según denuncian la mayoría de los pacientes, es el poco interés del dermatólogo general por este proceso ya que habitualmente lo dan por irremediable, no proponen opciones terapéuticas o muestran un escaso conocimiento de la enfermedad.

En ello coincide Agustín Alomar, profesor de Dermatología en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAM), que lo ve "comprensible" porque "en consultas de medicina pública muy saturadas es difícil dedicar el tiempo que un paciente con un problema clínicamente solo estético necesita para tranquilizarle, enfocarle opciones de tratamiento y convencerle para realizar un cumplimiento a largo plazo".

"Es importante transmitir al paciente confianza, esperanza en que el tratamiento conseguirá resultados y constancia en el cumplimiento", ha destacado este experto, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).

Aunque no tiene curación, existen diferentes tratamientos para evitar que la enfermedad se agrave, que deben ajustarse a las características específicas de cada paciente.

Así, están el tacrolimus tópico, para facilitar la migración de los melanocitos hacia la zona afectada; el khellin tópico, que mejora su eficacia en combinación con una mínima exposición solar; o los antioxidantes orales como el 'Pollypodium Leucotomos' o la vitamina E, que permiten evitar al máximo el posible daño fotoinducido y crean un mejor ambiente para la migración de nuevos melanocitos.

Del mismo modo, al no existir información suficiente accesible a los enfermos, ASPAVIT recuerda que juegan un importante papel a la hora de ofrecer información de interés a los pacientes, sobre la enfermedad, las novedades terapéuticas y los dermatólogos más especializados.